El cardenal Cobo pide reflexionar ''sobre el sufrimiento y la esperanza'' de los refugiados

En el Día Mundial del Refugiado, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal pide abrir las comunidades a los que sufren por ser desplazados

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Desde el año 2001, la ONU celebra el Día Mundial del Refugiado cada 20 de junio. La fecha se corresponde con el aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. El lema de este año 2024 es ''Por un mundo en el que se les dé acogida''.

La Iglesia, al igual que los ayuntamientos, gobiernos autonómicos, fundaciones y asociaciones que trabajan de cerca con estas personas, se hace eco de esta celebración.

El arzobispo cardenal de Madrid, José Cobo, ha compartido en su cuenta de X que en este día ''reflexionamos sobre el sufrimiento y la esperanza de millones de personas desplazadas''. El vicepresidente de la Conferencia Episcopal desea que la fe abra ''nuestros corazones y comunidades a quienes buscan una nueva oportunidad'', y añade que en unidos, ''podemos construir un mundo más justo y humano''.

El Papa Francisco recordó en la audiencia de los miércoles que este jueves 20 de junio se celebra la Jornada Mundial del Refugiado promovida por la ONU. El Papa deseó que sea ''la ocasión para dirigir una mirada atenta y fraterna a todos aquellos que son forzados a huir de sus casas en búsqueda de paz y seguridad''.

Francisco afirmó que todos ''estamos llamados a acoger, promover, acompañar e integrar a cuantos tocan nuestras puertas''. Dice que reza ''para que los estados aseguren a los refugiados condiciones humanas y facilten los procesos de integración''.

Desde el estallido de la 'Primavera Árabe' en Túnez en 2011, el número de refugiados se ha incrementado por las guerras en Libia o Siria. Sin embargo, el flujo de migrantes desde África al sur de Europa no era nuevo.

En otras partes del mundo como América, la presencia de gobiernos totalitarios, inestabilidad y conflictividad en países como Venezuela, Nicaragua, Ecuador o Perú, ha provocado grandes flujos migratorios hacia Estados Unidos y España. La situación de los rohinya en Myanmar, los cristianos en algunas partes de la India o los armenios son otros ejemplos de personas que buscan una vida mejor por la persecución que sufren.