El cardenal Omella celebra la llegada de la vacuna de covid: "Si nos unimos, podemos conseguir un mundo mejor"
El presidente de la Conferencia Episcopal Española ha reivindicado el trabajo desarrollado este año para conseguir una vacuna eficaz contra el virus en menos de un año
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Siempre desde la calma y la prudencia, todo parece indicar que este domingo, 27 de diciembre, comienza el inicio del fin de la pandemia de la covid-19, que tanto ha alterado nuestro día a día en este 2020. Al igual que en los países de la Unión Europea, España ha arrancado la vacunación en su población. Ha sido Araceli Rosario Hidalgo la primera persona vacunada de covid en España.
Nació en 1924 y vive desde el año 2013 en la residencia de mayores 'Los Olmos' de Guadalajara, el punto escogido para comenzar a aplicar la primera de las dos dosis que conforman el tratamiento de la farmacéutica estadounidense Pfizer y la alemana BioNTech. "A ver si todos nos portamos bien y conseguimos que el virus se nos vaya", ha dicho la nonagenaria nada más recibir el fármaco.
De esta manera, Araceli ha hecho historia. Jamás olvidaremos esta jornada de domingo, en plenas navidades. Desde la Conferencia Episcopal Española tampoco se ha pasado por alto este día y, su presidente, el cardenal Arzobispo de Barcelona Juan José Omella, ha recurrido a su cuenta oficial de Twitter para manifestar su satisfacción y alegría por que la vacuna haya llegado, por fin, a nuestro país.
El cardenal ha reivindicado el gran trabajo realizado por los países para, en menos de un año, disponer de este remedio que ponga fin a la pesadilla vivida en los últimos meses, donde los efectos sanitarios, económicos y sociales del virus han sido devastadores.
"Estamos de enhorabuena. Ya tenemos las primeras #VacunasCovid19. El mundo entero ha puesto todos los medios necesarios para conseguirlas en menos de un año, algo impensable cuando comenzó la pandemia. Si nos unimos entre nosotros y con Dios podemos conseguir un mundo mejor".
Cabe recordar que el pasado 21 de diciembre la Santa Sede, a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe', calificó las vacunas contra la covid-19 como "moralmente aceptables". Además, calificaba como "un imperativo moral" garantizar que sean accesibles "también a los países más pobres".