El cardenal Omella en el Día Mundial de la Salud Mental: "Los malos momentos pasan"

El presidente de la CEE anima a los jóvenes a acudir a las iglesias: "Cabéis todos y seréis escuchados con amor. Encontrad en ellas espacios de acogida espiritual y psicológica"

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Redacción Religión

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"Las Iglesias están abiertas a todos vosotros. Encontrad en ellas espacios de acogida espiritual y psicológica". Esta es la invitación del cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la CEE para este 10 de octubre. Una fecha de reflexión y concientización global al conmemorarse el Día Mundial de la Salud Mental.

Esta jornada nos invita a la toma de acción frente a una de las necesidades más importantes dentro del desarrollo del ser humano y en especial, de los jóvenes. "La juventud sois un reto para la Iglesia. Según el barómetro juvenil un 49% de los jóvenes ha pensado en suicidarse. Necesitáis ser escuchados y acompañados", asegura el cardenal.

Cuadros depresivos

Para la Iglesia, la salud mental no es un problema menor. Por ello, siempre ha ofrecido a través de sus congregaciones, parroquias e instituciones razones para vivir y motivos para esperar. “No cabe duda de que además de las razones de tipo medico, los suicidios nos hablan de desesperanza, de soledad, y a nosotros, a la Iglesia,

sobre todo a las personas que se encuentran más amenazadas, las que han perdido los motivos para esperar y las razones para vivir”, expresaron los obispos en las orientaciones pastorales y las líneas de acción para la CEE.

según datos difundidos por el

Estrés, depresión o caer en las garras de adicciones tan peligrosas como el alcohol, las drogas o en la ludopatía son algunas de las vertientes.

Nuestros hábitos de vida marcados por la inmediatez, sumado a los cambios provocados por la pandemia (distancia social, cuarentenas, etc.) ha supuesto un empeoramiento de las cifras. Por tanto, la salud mental de buena parte de la sociedad se ha visto afectada en miles de personas como consecuencia de la incertidumbre que nos trajo la

Para salir al paso de esta situación es preciso el concurso de todos. La sinodalidad y el discernimiento deben ser los ejes espirituales y metodológicos del proceso que permita afrontar los retos señalados. La sinodalidad es caminar juntos, invocar al Espíritu, escuchar y acompañar. El discernimiento sinodal es la clave de fondo que sugiere las acciones que realizar, en la doble escucha del Señor y de los deseos las personas de este tiempo, a los que se sale al paso en salida misionera.

La sinodalidad no es un tema para reflexionar, sino un modo de ser y de trabajar en la Iglesia, que nos lleva a vivir una auténtica comunión y corresponsabilidad entre pastores, consagrados y laicos. La Iglesia, Pueblo de Dios, está llamada a vivir la comunión, desde la vocación y para la misión.