Comunicación, remar juntos y fe: las claves para que la vuelta a la rutina no sea un quebradero de cabeza

El director de Familia de la Conferencia Episcopal Española ofrece en ECCLESIA algunas recomendaciones para afrontar un nuevo curso marcado por la inflación

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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España vuelve a la rutina entre la esperanza y la incertidumbre por los indicadores económicos que vaticinan un invierno plagado de dificultades que afectarán a nuestro bolsillo. Tras las vacaciones estivales, medio país se ha incorporado a su puesto de trabajo, mientras que los estudiantes comienzan a desempolvar sus mochilas.

Adaptarse al nuevo curso nunca es tarea fácil en los primeros días para las familias, por lo que en ECCLESIA el director de Familia de la Conferencia Episcopal Española, Miguel Garrigós, ha ofrecido una serie de consejos para afrontar los nuevos retos como una piña.

“Las familias a las que he consultado me han transmitido algunas ideas comunes que son valiosas. Lo primero que me comentaban es que de cara al nuevo curso hay que tener una actitud de paciencia, y cada miembro de la familia le lleva un tiempo diferente”.

La comunicación entre el matrimonio y los hijos es un factor fundamental, asegura Garrigós, para “transmitir confianza y tranquilidad a los niños de cara a afrontar el reto que supone el nuevo curso, y ayudarles como familias católicas de la mano de Dios”.

Algunos trucos que recomienda el director de Familia del episcopado para estar motivados en estas primeras jornadas de vuelta a la rutina, es programar con un calendario el curso y analizar todos juntos “qué actividades se podrían hacer, para así no dejarnos siempre llevar por lo urgente de lo que va surgiendo y olvidar lo más importante, que es el tiempo que pasamos en familia juntos, que el matrimonio tenga tiempo para dialogar, pasear...”

Y es que la falta de comunicación, advierte Miguel Garrigós, puede generar inestabilidad familiar que llevan a las parejas a tomar caminos diferentes: “Los trabajos y el día a día hace que se pueden dejar llevar por la vorágine de las cosas y perder de vista lo esencial. Es un diálogo que se debe mantener a lo largo del curso porque sino se empiezan con criterios diferentes, incluso contrarios, y eso produce inestabilidad en la familia. Es normal que la pareja tenga distintos puntos de vista, pero al final saber hacer de eso algo complementario que sume para el bien, es fundamental”.

Estrategias para sortear la inflación en familia

La preocupación entre las familias existe ante un inicio de curso marcado por la inflación, el precio de la electricidad o el coste del material escolar. Miguel Garrigós comprende que la incertidumbre juega malas pasadas, pero considera que en los tiempos de crisis entra en juego la fe: “La fe nos lleva a hacer de la dificultad una oportunidad. El que pasemos un poco de necesidad puede ser una ocasión de crecer en la virtud, estar más unidos, descubrir qué es lo más importante, prescindir de cosas superfluas a las que estamos acostumbrados”, ha sostenido en ECCLESIA.

Asimismo, para paliar los efectos de la inflación, ha recomendado hacer un estudio “ de los gastos que tenemos, de dónde se puede sacar y recortar...”

En cuanto al papel de los hijos en este proceso de adaptación, el director de Familia de la CEE llama a la unidad familiar para caminar juntos: “Es importante hablar con los hijos, contarles situaciones pero sin transmitir angustias. Hacerles entender que vamos en una barca donde a veces el viento encrespa el mar, pero remamos juntos. Teniendo el nivel que pueda tener cada hijo, hay que hacerles entender que cada familia tenemos que remar todos juntos y no estar tumbados o descansando, sino que es un proyecto común que merece la pena”, ha precisado Garrigós en ECCLESIA.