''Cada día llegan 450 personas nuevas'': así trabajan los salesianos en el campo de Palabek (Uganda)
En el Día Mundial de los Refugiados conocemos el trabajo de los salesianos en un campo de refugiados en Uganda gracias a un sacerdote que vive allí
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Más de 120 millones de personas han tenido que abandonar su hogar, sobretodo por la violencia. Son los refugiados y desplazados. Los primeros huyen dentro de su país, mientras que los desplazados se quedan dentro de sus fronteras. Más de 3 millones viven refugiadas en otros países, se trata de una de cada 68 personas en todo el mundo.
En el Día Mundial de los Refugiados, muchas organizaciones y fundaciones dedicadas al trabajo con estas personas alzan la voz para dar a conocer su labor. Una de éstas es Misiones Salesianas.
Misiones Salesianas trabajan en 130 países de los cinco contientes para acoger, acompañar y proteger a las personas desplazadas.
Uno de esos lugares es el campo de refugiados de Palabek, en Uganda. Los salesianos llevan seis años en ese campo. Llegaron dos meses después de la llegada de los primeros refugiados. Ubaldino Andrade es uno de los misioneros salesianos. Asegura que los comienzos fueron difíciles. ''No había asistencia'' para los 30.000 refugiados que venían de Uganda y Sudán del Sur.
Palabek es un desierto extremo en sus temperaturas. Ahora hay cerca de 80.000 refugiados de estos y otros países. ''Cruzan la frontera huyendo de la guerra, de la tristeza''. En las fronteras, la ONU llevan a los refugiados a los campos. En ese espacio construyen sus casas y cultivan para tener algo de comida.
En 2019, Misiones Salesianas estrenó el documental 'Palabek. Refugio de esperanza' para dar cuenta a la opinión pública de lo que ocurre allí.
''Un problema serio que tenemos es que muchas agencias que trabajan en el campo no tienen dinero para sacar adelante sus proyectos'', comenta el padre Andrade. Hay muchas personas que sufren la desnutrición. Los salesianos atienden cerca de cuatro mil personas a través de cuatro escuelas infantiles, una escuela técnica para que los jóvenes aprendan un oficio como carpintería, construcción, electricidad, etc. Los salesianos también llevan la atención pastoral en la zona por encomienda del obispo. Han construido capillas, centros juveniles y bandas de música, entre otros asuntos.
Se puede ayudar enviando dinero y siendo voluntario
En la mayoría de los casos, los refugiados huyen por la violencia. Y, aunque, los desastres naturales también hacen mella, ''Las guerras son las principales causas'', según Alberto Pérez, portavoz de Misiones Salesianas.
Ucrania y Tierra Santa son los lugares más mediáticos, pero en el mundo ''hay más de medio centenar de conflictos activos en el mundo'' y con más de cien países implicados, como Sudán del Sur, Pakistán, Turquía o Siria. Ancianos, mujeres y niños son los más afectados.
Toda la ayuda que se quiera enviar, tanto monetaria como presencial siendo voluntario, se puede dar a través de la web de Misiones Salesianas.
El trabajo de Misiones Salesianas en todo el mundo
Los salesianos trabajan con más de 500.000 personas refugiadas y desplazadas en todo el mundo. Alberto Pérez nos pone el ejemplo de Gomá, en la República Democrática del Congo, donde miles de familias son acogidas en tiendas de campaña improvisadas ''porque se sienten seguras''. Asegura que hay misioneros salesianos en campos de refugiados.
''Atienden todos los estadios de los refugiados, desde que llegan y los acogen, hasta que son reintegrados o vuelven a sus países''. Se dedican a la acogida, el refugio, la atención de emergencia, el reparto de alimentos, acompañamiento espirtual y atención espiritual. También se preocupan por la formación de los jóvenes, para que reciban ''una educación de calidad, aunque sea de emergencia''. También dan opciones de ocio.
Asegura que los refugiados son personas como nosotros, ''que tenían trabajo'' y una vida, y de un día para otro, se les rompe la vida y se convierten en refugiados. ''Sólo quieren la paz, quieren volver a su hogar''. Eso le transmiten los refugiados con los que hablan.