La diócesis de Málaga "desconocía la medida de orden de alejamiento" del sacerdote que la quebrantó

El párroco de Canillas de Aceituno, Sedella y Salares "no fue detenido" sino que la Policía le tomó declaración en su día y regresó después a su casa"

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Redacción Religión

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El obispado de Málaga ya ha hablado con el sacerdote párroco de Canillas de Aceituno, Sedella y Salares, que presuntamete quebrantó la orden de alejamiento que tenía tras la denuncia de una mujer, con quien habría mantenido una relación sentimental que, según declaró esta, les habría llevado a vivir juntos.

Ante esta situación, el obispado de Málaga ha comunicado que conocíalos hechos pero aclara que "el sacerdote no está detenido; la Policía le tomó declaración en su día y regresó después a su casa".

Además, informa que tanto el sacerdote como la señora que lo acusa "se denunciaron mutuamente por acoso; aunque solo le impusieron a él la orden de alejamiento". Según su abogado, en calidad de defensa particular, "el sacerdote no ha quebrantado ninguna orden de alejamiento".

Cuestiones personales "entre mayores de edad"

Desde la diócesis malagueña se insiste en que el obispado conocía las desavenencias entre ambas personas, "pero no podía intervenir al tratarse de cuestiones personales entre dos mayores de edad. Además, desconocía la existencia de la orden de alejamiento". por último, aclaran que los hechos se encuentran en fase de investigación; "por tanto, hay que esperar a que finalice la instrucción de este procedimiento para hacer una justa valoración".

Precisamente, esta semana, el obispo de Málaga,

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Además, pidió comprensión "para asimilar los hechos acaecidos y seguir con serenidad afrontando el presente y el futuro de nuestra Diócesis. Disculpad, por tanto, si mis palabras salen a borbotones de mi corazón, porque aún no hemos podido serenar las turbulentas y embravecidas aguas que nos cercan". También pide perdón "si en algún momento no os habéis sentido suficientemente acompañados y fortalecidos en nuestra fraternidad sacerdotal, debido a la imprevisibilidad y premura de los hechos". "Nuestra petición de perdón es por el propio pecado y el de nuestros hermanos, los hombres. También por lo que no hayamos hecho bien como comunidad cristiana, por ignorancia o por falta de vigilancia".