''Un donante puede hacer ganar 55 años de vida'', José Mollá, del Hospital Virgen de la Arrixaca

En el Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos conocemos cómo trabajan los médicos dedicados a este servicio y su logística

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Cada primer miércoles de junio se celebra el Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos. España es un país puntero en donación de órganos, pero aún así se sigue sensibilizando a la sociedad a este respecto.

José Mollá es el coordinador del Hospital Virgen de la Arrixaca. Asegura que el proceso de donación parte ''de una logística compleja''. Todo comienza con una entrevista a la familia que ha perdido a un ser querido. Es el momento de solicitar una autorización y consentimiento para la donación de órganos. No es una situación fácil, ''tienes que partir de una comunicación que sea empática, auténtica y desde el respeto a una familia que ha perdido un familiar''.

Asegura que debe ser una conversación progresiva, dar la información poco a poco y que sea veraz. Los médicos reciben instrucción psicológica para formarse de cara a ese momento, aunque la experiencia hace mucho.

''La generosidad de la sociedad española es inmensa''

Tras comprender la oportunidad de ayudar a otra persona, se suele acceder. Aunque puede haber fases de rechazo y negación por el estrés emocional, incluso dejar un tiempo espera, José asegura que ''la generosidad de la sociedad española es inmensa''.

Los tiempos tienen que coordinarse, dar tiempo a las familias, pero hay que actuar rápidamente para extraer los órganos antes de su deterioro. Con ese permiso de las familias comienza el contacto con la Organización Nacional de Transplantes, una valoración del donante ''y una búsqueda de receptores'' a nivel nacional e internacional. En todos los hospitales hay un encargado de coordinar los transplantes.

''Cuando hablas con esas familias después del proceso, sienten alivio''. Es un consuelo saber que han ayudado a otras personas ''y que su familiar sigue dando vida''. Hay muchas formas de ser donante: hablarlo con los familiares de cara al día de mañana o firmar el 'documento de instrucciones previas' para dejar reflejado cómo quieres que transcurra el final de tu vida.

El anonimato de estos casos sirve para ''preservar a todos: donantes y receptores''. Aunque la ley no lo permite, pocas familias quieren saber quién ha sido el donante o receptor. Igualmente se pueden hacer donaciones de tejidos: córneas, piel y huesos. Y José Mollá insiste: ''Un donante puede hacer ganar 55 años de vida''.