El encuentro entre el Papa y Carlota, la joven que peregrina hasta Jerusalén a pie: "Nos hemos reído mucho"

Carlota Valenzuela se encontraba este miércoles en Roma y ha tenido la enorme oportunidad de contar su viaje al Santo Padre

Santiago Tedeschi Prades

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Carlota Valenzuela lo ha dejado todo para, a lo largo de este 2022, completar la peregrinación que emprendió desde Finisterre y que le llevará hasta Jerusalén. En sus planes está llegar a Tierra Santa en la próxima Navidad, tal y como precisó en el programa 'Ecclesia' de TRECE.

“La razón es simple. Siento que Dios lo ha puesto en mi corazón y quiero ponerme a su disposición”, explicó. Este miércoles Carlota ha tenido la enorme oportunidad de saludar al Santo Padre después de la Audiencia General y ECCLESIA ha hablado con ella para conocer más de cerca sus emociones tras ver a Francisco: “Ha sido un encuentro muy divertido, nos hemos reído muchísimo los dos”.

El regalo para el Papa Francisco

Carlota le ha contado su objetivo de llegar a Jerusalén: “Le dije que había hecho 3.000 kilómetros a pie para saludarle y no se lo creía. Le conté que estaba peregrinando de Santiago de Compostela hasta Jerusalén, y antes de ir a ver a Jesús quería saludar a Pedro. Él se ha reído y me ha dicho que estaba muy bien y que había que saludar al portero”.

La joven española tenía dos regalos para el Papa: “Le he regalado un pasaporte del Camino, una especie de credencial donde iba escribiendo algunos aprendizajes que he ido teniendo cada mes. Se lo he entregado y se ha puesto a leerlo un poco, no se creía que era para él. Y luego tenía una nariz de payaso y le he pedido si la podía bendecir para llevar la alegría de Dios por el camino. Básicamente me había preparado un discurso muy bonito, pero me ha salido sólo eso en ese momento. Nos hemos reído mucho los dos”.

El viaje de Carlota hasta Jerusalén

A Carlota todavía le faltan unos siete meses para llegar hasta Jerusalén: “El día 7 de junio retomaré el camino y vuelvo a subir al norte de Italia para después cruzar a Croacia y en septiembre ya estaré por Montenegro y Albania y en octubre Grecia. Después cruzaré por mar a Israel pasando por Chipre. Siempre estoy abierta a que las cosas cambien”.

A la joven española el camino le está trayendo muchas enseñanzas: “Sobre todo en esta última semana he sentido que la vida era demasiado generosa conmigo y hubo un momento en que caí en la cuenta de que no necesito merecer los regalos que recibo si no vivirlos con plenitud, humildad y alegría. Las tengo que abrazar como lo que son”.