El estigma y el miedo al qué dirán: Las razones de los jóvenes para ocultar sus problemas de salud mental

El miedo a la incomprensión impide que miles de alumnos sean diagnosticados de algún trastorno mental: "Un chico de mi colegio se acabó suicidando". ¿Cómo romper el estigma?

José Melero Campos

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Algunos estudios como 'Save the Children' o UNICEF revelan que tres de cada diez alumnos sufren algún tipo de problema de salud mental, que se pone de manifiesto a través de los cuadros de ansiedad, depresiones, trastornos de conducta o, en el peor de los casos, con autolesiones. Otros estudios como el 'Barómetro Juvenil. Salud y Bienestar' recogen que el 56% de los jóvenes reconocen haber padecido estos trastornos, aunque la mitad de ellos no piden ayuda.

Una vez más, la estigmatización y el miedo a exteriorizar lo que ocurre a los chavales están detrás de este ocultismo. Una realidad que también se está viviendo en la escuela, tal y como confirman tres adolescentes de Madrid con quien hemos abordado en ECCLESIA el estigma que todavía en la sociedad existe hacia estas personas que padecen trastornos de salud mental.

Han participado en este debate Andrea (14 años), estudiante de 3º de la ESO en el colegio San Viator; Martín (15), alumno de 4º de la ESO en Nuestra Señora del Pilar y Marina, compañera de pupitre de Martín.

Martín: "El miedo al que dirán es muy potente"

Para Martín, el “miedo al que dirán” explicaría buena parte de estas actitudes de compañeros que podrían sufrir problemas de esta índole, para así además evitar “dar explicaciones” y que el resto de compañeros de clase o del centro educativo conozcan su circunstancia: “Es esa pereza, por así decirlo, de que tú se lo dices a alguien, y esa otra persona se la cuenta a otra y se acercan a ti para preguntarte qué te pasa, y esa pregunta más que ayudar puede fastidiar. Al final lo peligroso no son los casos que conoces, sino los que no conoces y están ahí”, ha subrayado el estudiante de Nuestra Señora del Pilar.

Marina: “De las enfermedades mentales se habla poco"

Y es que como ha agregado Marina, no es fácil determinar quien pueda sufrir algún tipo de enfermedad mental, ya que apenas se exterioriza en la mayoría de casos como sí ocurre con las patologías físicas: “De las enfermedades mentales se habla poco y si padeces alguna, o tu mismo no sabes que la tienes y si lo sabes no lo cuentas a nadie, es más difícil de tratar que las enfermedades físicas”.

Andrea: "En nuestro caso más grave un chico se acabó suicidando"

Este desconocimiento e interés por no exteriorizar nuestros sentimientos, puede provocar situaciones verdaderamente dramáticas en determinados alumnos. Andrea pudo comprobarlo en sus carnes, al formar parte del programa 'Alumnos ayudantes' con el que cuenta el colegio San Viator.

“Nuestro caso más grave era un chico que en un accidente de tráfico perdió a sus padres y él se acabó suicidando. Fue un caso que me llegó. En mi curso hay gente que tiene problemas pero no los cuenta ni al colegio ni a sus amigos cercanos por miedo a expandir el rumor. Un simple rumor de un día que te encuentras mal, lo comentas en el patio, alguien se entera y se expande el rumor y gente que no te conoce de nada se acerca a ti para preguntarte, '¿qué te pasa?' Los rumores se expanden rápido”, ha advertido Andrea.

Pese a que los centros educativos cada vez toman más medidas y activan protocolos de actuación para prevenir y sacar a la luz posibles casos de trastorno mental entre el alumnado, queda camino por recorrer. En el caso de Nuestra Señora del Pilar, ha explicado Marina, todos se someten a un test para conocer si sufren o conocen casos de bullying: “Es un test que se hace por ordenador, y así se sabe mejor si la gente conoce algún caso o tu mismo lo estás sufriendo. Al ser a través de una pantalla, aunque no es anónimo del todo, da más confianza contarlo así. Así se detectan casos”, opina la estudiante de Secundaria en ECCLESIA.

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