Familia de laicos y religiosos en la misma casa, una experiencia sinodal

Testimonio protagonizado por la Comunidad Escolapia de Salamanca y los Casanova Morales, su proyecto de convivencia ha ganado el Premio Carisma Misión Compartida de CONFER

Ana Medina

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Ya va para ocho años los que llevan juntos dos sacerdotes, un joven en formación y un matrimonio con sus tres hijos en Salamanca. La suya es una de las experiencias pioneras que en este sentido mantiene la orden Escolapia. Ana Medina presenta a Irene Pozo esta comunidad intervocacional y para ello conversan con Juliao de Oliveira, junior de los Escolapios de Salamanca, y Esther Morales, laica y madre de familia.

«Laicos y religiosos también pueden convivir en una comunidad», expresa Álvaro, el mayor de los hijos de Santiago Casanova y Esther Morales. «Mirando hacia la sinodalidad, es una manera de hacer patente que todos somos parte de una misma Iglesia». Inés, la segunda, completa diciendo que «es algo que te hace ver las cosas desde otro punto de vista, algo que poca gente puede hacer, y eso lo hace más único», aunque Juan, el pequeño, tampoco niega las dificultades, ante la sonrisa de su hermana: «aquí, por ejemplo, no puedes pedir comida a domicilio».

Su padre, Santiago, recuerda el camino recorrido. «Hemos vivido ya muchas cosas juntos: hemos pasado el covid, hemos tenido la experiencia de la muerte de dos religiosos, momentos dolorosos pero también bonito de vivir de cerca la muerte de un ser querido... Como familia es muy enriquecedor, una herencia que dejamos a nuestros hijos, de una vida entregada, dedicada, compartida...».

Inés Morales explica que «desde ese ser familia, hemos intentado construir estos ocho años, y en conjunto la balanza es positiva, una experiencia muy bonita». Joao considera que, entre las cosas que les aporta como religiosos, está «el compartir no solo carisma sino la vida. Esto hace que entendamos el "nosotros" como algo más amplio, el sujeto se amplía, y nos demuestra que se puede compartir la vida desde dos vocaciones distintas. A mí, en concreto, me ha ayudado a conocer de cerca la vida de una familia, la entrega de los laicos, y eso me aporta mucho de la realidad del laicado que, de otra manera, no habría podido experimentar. Es una riqueza muy grande. Es una experiencia eclesial y sinodal que los Escolapios han tenido claro desde el origen de la Orden. Esta experiencia cambia la mirada hacia la vocación y la misión».

La Orden Escolapia no es la única que sostiene este tipo de experiencias, pero su caso particular en Salamanca ha logrado ser reconocido con un galardón en los Premios Carisma de la CONFER.