Fernando Prado: “No solo tenemos una gloriosa historia que contar, sino un gran futuro por construir”

El obispo electo de San Sebastián tomará posesión el 17 de diciembre. En su saludo ha indicado que "caminamos a hombros de gigantes", agradeciendo a sus predecesores

Fernando Prado

Redacción Religión

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Saludando a su nueva diócesis como “vuestro nuevo hermano obispo”, Fernando Prado ha saludado esta mañana, desde San Sebastián, a todos sus diocesanos y “a tantas personas que viven comprometidas con el bien común de nuestro pueblo, desde diversas instancias civiles, políticas, económicas, laborales, educativas y culturales a lo largo y ancho de toda la provincia de Gipuzkoa. Merecen todo mi reconocimiento y el de toda la Iglesia”. El próximo 17 de diciembre será ordenado obispo y tomará posesión de la diócesis.

Acompañado por el administrador apostólico, Francisco Pérez, y el vicario general de la diócesis, Juan María Olaetxea, el misionero claretiano recién nombrado ha indicado que “no solo tenemos una gloriosa historia que contar, sino un gran futuro por construir. Nos aventuramos, pues, en la tarea”. Así, ha puesto esta labor “y este nuevo tiempo que se abre” bajo el amparo de María, porque ella enseña que “la Iglesia ha de ser para todos como una Madre. Nunca una madrastra. Una madre con un corazón sensible y atento a las necesidades de todos sus hijos, especialmente de aquellos que más lo necesitan”.

Ademas, ha indicado que siguiendo los consejos del obispo Juan María Uriarte, quien le ordenó, en estos años nunca ha dejado de "vivir muy de cerca el ministerio" y de estar "con la gente". "He trabajado muchos años con inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos y en los últimos seis años vengo realizando un ministerio un poco peculiar en la iglesia de San Antón de Madrid, con los sintecho trabajando mano con mano con el padre Ángel García", ha explicado Prado, que llegará a su nuevo destino "con una maleta y poco más, igual un par de cajas de libros".

Comunicación del nuncio y consentimiento

En su saludo ha contado que fue “el pasado 17 de noviembre” cuando el nuncio le comunicó la decisión del Papa de nombrarle obispo de San Sebastián y que le pedía su consentimiento. “Tardé unas horas en contestar —ha indicado—. Enseguida me vinieron unas palabras del propio Francisco en una reciente catequesis sobre el ‘discernimiento’ que decía así: «Recuerda que las elecciones que hagas tendrán una consecuencia, para ti, para los demás y para el mundo; puedes hacer de la tierra un magnífico jardín o puedes convertirla en un desierto de muerte». “Después de orar un buen rato, unas horas más tarde, con no poca sensación de vértigo, pero lleno de confianza, envié la preceptiva carta de aceptación al Santo Padre, mostrándole mi plena comunión con él y con la Iglesia universal. En la misma carta, le indicaba que me abrumaba la inmerecida confianza que ponía en mí para este servicio”, ha reconocido ante los periodistas y los miembros de la curia diocesana.

“Me siento muy limitado y pequeño ante esta importante responsabilidad que se me encomienda, pero me pongo con absoluta confianza en las manos de Dios, que buscará la forma de hacer su camino”, ha expresado, asegurando que la vida cristiana y la misión de la Iglesia necesita de la comunidad. “La comunión real y la cercanía afectiva entre todos es un camino que tenemos que recorrer juntos. Un camino espiritual —como decía san Juan Pablo II—, que hemos de hacer vida para hacer creíble el Evangelio que queremos predicar”.

Fernando Prado

Volver al primer amor

Precisamente en esta diócesis fue ordenado sacerdote hace ya más de 20 años. “El Señor ha querido que vuelva al amor primero, al lugar donde comencé mi ministerio como joven misionero claretiano. Eso sí, ahora desde una nueva clave misionera como pastor diocesano”, ha afirmado con alegría, sabiendo que “la Iglesia de Gipuzkoa desde hace años quiere ser una Iglesia al servicio del Evangelio”.

Así, ha recordado que estamos celebrando el 60 aniversario del Concilio Vaticano II y que “sigue siendo hoy la brújula que nos invita a navegar en esa dirección. Ciertamente, la misión de dar a conocer a todos el amor de Dios y la salvación que se nos ofrece en Cristo es y será siempre nuestra razón de ser. Eso sí, bien sabemos que no ayudaremos al Señor en esa misión sin el testimonio de una vida evangélica real que sostenga lo que dicen nuestras palabras. Este camino del testimonio es el que creo que hoy se espera de nosotros como comunidad cristiana”.

Fernando Prado con Uriarte

Setién, Uriarte y Munilla

También ha tenido palabras de reconocimiento para una Iglesia viva: “El testimonio de muchos cristianos sencillos, de sacerdotes venerables y de mis predecesores en la sede episcopal, no puede ser menos que reconocido y agradecido expresamente en estos momentos iniciales en que saludo a la diócesis. Recuerdo a los tres últimos: ¿Cómo no recordar el largo y fecundo ministerio de monseñor José María Setién, en el que tanto nos instruyó con sus enseñanzas? ¿Cómo no recordar la cordial cercanía y la sabiduría creyente de monseñor Juan Mari Uriarte? ¿Cómo no valorar la elocuencia de monseñor Munilla que llenó tantos espacios en la diócesis y también fuera de ella con sus innumerables catequesis y su presencia virtual?”.

Tras agradecer a Francisco Pérez el “delicado cuidado” de la diócesis, se ha encomendado al “amparo de la Amatxo de Arantzazu” y al patrono diocesano, San Ignacio de Loiola”.

Fernando Prado y Francisco Pérez