FRANCISCO EN IRLANDA

Francisco pide que la humanidad custodie los bienes que aporta la familia y la proteja ante sus dificultades

Francisco ya está en irlanda. A las 11.30 (hora local) aterrizaba en el aeropuerto de Dublín.

Discurso del papa a su llegada a Dublín

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La primera cita del Papa fue en el Castillo de Dublín, sede de representación del gobierno irlandés. Allí dirigió su primer discurso a las autoridades del país, a la sociedad civil y al cuerpo diplomático, tras haber realizado su visita privada al Presidente de la República en el Palacio Presidencial.

Después de agradecer la amistosa acogida recibida, el Papa habló en primer lugar del motivo de su visita, el Encuentro Mundial de las Familias, que es “oportunidad para las familias– dijo- no sólo para que reafirmen su compromiso”, sino para que “testimonien el papel único que ha tenido la familia en la educación de sus miembros y en el desarrollo de un sano y próspero tejido social”.

“Me gusta considerar el Encuentro Mundial de las Familias como un testimonio profético del rico patrimonio de valores éticos y espirituales, que cada generación tiene la tarea de custodiar y proteger”, aseguró.

Lee aquí el discurso del Papa a las autoridades

En el primer discurso el Papa abordó el escándalo de los abusos sexuales por parte de miembros del clero que causó tanto dolor en la Iglesia Irlandesa. Y reconoció que “el fracaso de las autoridades eclesiásticas —obispos, superiores religiosos, sacerdotes y otros— al afrontar adecuadamente estos crímenes repugnantes”, “ha suscitado justamente indignación”, y que “permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica”.

“Yo mismo comparto estos sentimientos”, afirmó, y recordó las medidas tomadas por su predecesor, el Papa Benedicto: 

"Mi predecesor, el Papa Benedicto, no escatimó palabras para reconocer la gravedad de la situación y solicitar que fueran tomadas medidas «verdaderamente evangélicas, justas y eficaces» en respuesta a esta traición de confianza (cf. Carta pastoral a los Católicos de Irlanda, 10). Su intervención franca y decidida sirve todavía hoy de incentivo a los esfuerzos de las autoridades eclesiales para remediar los errores pasados y adoptar normas severas, para asegurarse de que no vuelvan a suceder.

Cada niño es, en efecto, un regalo precioso de Dios que hay que custodiar, animar para que despliegue sus cualidades y llevar a la madurez espiritual y a la plenitud humana. La Iglesia en Irlanda ha tenido, en el pasado y en el presente, un papel de promoción del bien de los niños que no puede ser ocultado. Deseo que la gravedad de los escándalos de los abusos, que han hecho emerger las faltas de muchos, sirva para recalcar la importancia de la protección de los menores y de los adultos vulnerables por parte de toda la sociedad. En este sentido, todos somos conscientes de la urgente necesidad de ofrecer a los jóvenes un acompañamiento sabio y valores sanos para su camino de crecimiento".

En la última parte del discurso el Pontífice recordó los casi noventa años de armonía y colaboración solícita entre la Santa Sede y el Estado de Irlanda, y el restablecimiento de las relacionas amistosas de reciente, tras “una única nube pasajera en el horizonte”, y destacó la figura de los santos del país, y la de los hombres y mujeres que hoy “se esfuerzan por enriquecer la vida de la nación con la sabiduría nacida de la fe”.

Por último rezó para que Irlanda, “mientras escucha la polifonía de la discusión político-social contemporánea, no olvide las vibrantes melodías del mensaje cristiano que la han sustentado en el pasado y puedan seguir haciéndolo en el futuro”.

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