Granada muestra su fe a España en un Encuentro Nacional de Cofradías para la historia

La ciudad granadina saca su Semana Santa a la calle con motivo del 34 Encuentro Nacional de Cofradías Penitenciales. Una procesión magna bajo el título: "La Pasión según Granada"

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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En la tarde más otoñal de lo que llevamos de otoño de repente apareció la primavera. 22 pasos han recorrido la ciudad de Granada con motivo del Encuentro Nacional de Cofradías Penitenciales. Media hora tuvieron que retrasar la salida de los cortejos por riesgo de lluvia. Después, todo fue un cúmulo de momentos históricos.

Se sucedieron imágenes que no son nada comunes en Semana Santa granadina. El friki cofrade suele manejar a la perfección horarios, calles por las que transcurre cada paso, puntos estratégicos… Sin embargo, lo vivido en este encuentro los ponía a prueba. Los siete días de la semana de pasión se echaban a la calle a la vez.

Era imposible dividirse. Había que elegir entre barrios.

Las cofradías del Albaicín dieron muestra una vez más de su carácter señero. Quizás sean las que mejor resuman el carácter granadino. Desde el río Darro hasta San Cristóbal se esconden todos los detalles de nuestra ciudad. Callejones estrechos, surtidores, buganvillas, pilastras… Ver transcurrir en ese entorno a María Santísima de la Aurora es toda una experiencia. Además, todo lo que la gentrificación echó de ese barrio vuelve a él cuando su Virgen sale a la calle. Los vecinos autóctonos que dejaron sus casas para que construyeran apartamentos turísticos vuelven al grito de “Aurora guapa”.

El señor de Pasión, con su andar que cambió el mundo, demostró que, realmente, es difícil andar mejor y hacerlo por calles tan exigentes. El Realejo ha sido el barrio que más ha aportado a este encuentro. Ver al Señor de los Favores en pleno mes de octubre subiendo al Campo del Príncipe ponía a prueba al más cuerdo.

La mejor muestra de su potencial y crecimiento

Desde el barrio de San Matías venía Jesús de la Paciencia con una estética distinta a la que nos tiene acostumbrados pero mantenía el clasicismo en su estampa y en sus andares. El Zaidín era también el barrio de los atractivos, ya bien entrada la noche. Bandas venidas de todo el sur de España pluralizaban la jornada. Las cofradías de este barrio son el presente de nuestra semana mayor. La mejor muestra de su potencial y crecimiento.

Y desde la Magdalena aparecía Jesús del Rescate, más imponente que nunca. Recién restaurado y con la túnica persa. En la catedral antes de la salida lo posicionaron junto a la Virgen de los Dolores. El cofrade que venía de fuera de Granada preguntaba si pertenecían a la misma hermandad. Como dicen ahora los milenials, no hay más preguntas señoría.

Todo vino a demostrar que las hermandades y cofradías son uno de los ejes sociales de toda la ciudad. Es una de las conclusiones a las que se han llegado en las diferentes ponencias que han precedido a la procesión magna. No hay movimiento en la ciudad que pueda compararse. Excluyendo el fútbol, tampoco una masa social del mismo calibre. Además de la gran heterogeneidad que en ella existe. Se puede encontrar desde el chino beige y camisa hasta el chándal del PSG. Desde un joven de la ESO hasta un jubilado que dedica su vida a ayudar en la cofradía. ¿Lo impactante? Que a todos por igual les cala el mismo mensaje. No hay evangelización con más potencial ni práctica de Fe más multitudinaria. Más de 500.000 personas en las calles daban muestra de ello. Es cierto que no es oro todo lo que reluce. Pero si queremos que las personas lleguen a la misa de 12 lo mismo ya no vale con las campanas y hay que empezar a tocar las cornetas.

Las candelarias llegaban fundías a los templos, los carbones del incensario apagados y los pies cansados a sus casas. Al día siguiente el cofrade granadino se despertaba tarde, rozando la hora del mediodía. Ya en la mesa de domingo afirmó: ¡Pues no que esta noche he visto al Señor de la Humildad entrando en Santo Domingo!