La hermana María Dolores: Si el Sínodo es escucha, "la vida contemplativa tiene mucho que decir"

La carmelita participa en la asamblea sinodal de España que ha congregado a más de 600 personas "que tienen que tener en cuenta el espíritu de comunión, no hay carismas rivales"

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Sara de la Torre

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“Somos como la raíz de los árboles, que estamos ocultas pero que sin ellas no se vería la frondosidad”. Así lo ha explicado la hermana carmelita María Dolores, del monasterio del Sagrado Corazón de Jesús de Córdoba.

Si el Sínodo es escucha, dice la hermana “nosotras tenemos mucho que decir, porque son muchas las personas que valoran nuestra vida, que acuden a nosotros. Ahí está con las claves que en el Sínodo se ha trabajado. El de la escucha. Nosotras en los monasterios escuchamos tanto los gozos como los problemas”. Pero en este proceso, la vida contemplativa “ha compartido la realidad y nos dolemos también con los problemas de este mundo. Y claro, el dolor universal se concretiza muchas veces en el dolor local”.

"Nos sentimos parte de la Iglesia"

Los monasterios han hecho su trabajo a nivel interno, pero después, se han unido a nivel federal “y lo hemos mandado a Comisión para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal. Así lo hemos hecho porque nos sentimos parte de la Iglesia”.

Por eso han venido hasta Madrid, porque para María Dolores la presencia de la vida contemplativa, “que es una parte importante de la Iglesia sumamente importante, es también parte de nuestra misión y merece la pena que hoy estemos con toda la Iglesia en España”.

"Los carismas no son rivales"

De esta experiencia y del documento de síntesis, resalta “el espíritu de comunión, sin dudarlo”.

La carmelita cree que hoy la Iglesia “tiene que caminar, tenemos que caminar todo a un espíritu de comunión. Aquí no hay departamentos estancos, los carismas no son rivales. Cada uno desde su vocación y desde su estado, está llamado también a participar, a compartir y a enriquecer a la Iglesia. Yo como contemplativa. Cada uno con su vocación. Como dice el Papa Francisco estamos caminando en la misma barca”.