Hermanas Hospitalarias: la red de residencias que asiste a personas con discapacidad mental o física

Con el aumento de la esperanza de vida, el número de personas mayores sigue en crecimiento. Del 2002 al 2021, el número de habitantes que superan el umbral de los 65 años ha aumentado en 2,4 millones de personas (Statista, 2022). El año pasado se notificó acerca de la necesidad de incrementar el número de plazas en las residencias de mayores para cubrir la demanda actual.

El último informe de DBK, correspondiente a mayo de 2022, revela que en España ya hay más de 388.000 plazas residenciales, de las que algo más de 290.000 son privadas, repartidas a razón de 180.000 totalmente privadas y otras 109.000 concertadas con las Administraciones.

Hermanas Hospitalarias es un proyecto que ofrece centros y servicios de acogida, asistencia y cuidado especializado y preferente a las personas con enfermedad mental, discapacidad psíquica y física y otras enfermedades, teniendo en cuenta las necesidades y urgencias de cada tiempo y lugar, con preferencia por los más pobres y olvidados. Aquellos que se instalan en residencias de mayores corren poco riesgo de caer en la sociedad puesto que con los 1200 capellanes hospitalarios y las 2.863 parroquias con grupos de atención a personas enfermas y a sus familias.

Uno de sus centros, ubicado en Pamplona, dispone de la ayuda de la hermana María Dolores Jimenez, diplomada en salud mental colaborando como enfermera psiquiátrica de mayores. Ha opinado que es un requerimiento para cuidarlos ya que muchos “ a veces ni siquiera son capaces de expresar lo que necesitan”,ha justificado. La enfermera ha contextualizado: “A medida que la edad avanza los problemas psiquiátricos son cada vez más comunes, sobre todo los ocasionados por la soledad. El de la enfermería psiquiátrica siempre ha sido un papel clave en las residencias”. A Jimenez le preocupa la ignorancia que existe frente a la soledad de los mayores. Para ellos ha compartido dos claves para enfrentarlo: “ Primero estando muy pendientes de todo lo que necesiten y segundo fomentando el voluntariado”.

El Papa Francisco ya había tocado el tema de la soledad en la Audiencia General, animando a los más jóvenes a unirse y sacar provecho de esta otra generación.