Un hombre entra en el baño y lo que le sucede en el interior escandalizó a todos

El matrimonio de Jesús y Mari Carmen pasaba junto a su única hija, Amanda, por aquel entonces de siete años, unos días en las playas de Benidorm. Era agosto de 2016. Como cada mañana, acudieron al buffet del hotel para desayunar para asistir a la misa de una parroquia cercana al lugar donde se hospedaban, antes de dirigirse a la playa. Se trata de una familia cristiana que ahondaron en su fe desde el nacimiento de su pequeña.

A Jesús le dolía la cabeza aquella mañana pero, pese a todo, tomó el sol y se bañó en el mar. Incluso se animó a jugar con su hija en la arena. El problema llegó tras la comida, cuando los tres acudieron a la habitación para descansar un rato antes de volver a la playa. Todos se durmieron.

Jesús despertó y al entrar en el baño sufrió este incidente

Unos minutos más tarde, Jesús despertó con ganas de ir al baño. La jaqueca persistía. Cuando se dirigió al baño, aún adormilado, comenzó a miccionar, siendo el momento en el que sintió mal, de manera que perdió la consciencia y se desplomó al suelo.

El golpe hizo que Mari Carmen y su hija despertaran sobresaltadas. Cuando su mujer accedió al baño, comprobó que su marido estaba tumbado en el suelo sin estar consciente. Pese a sus intentos por reanimarle, Jesús no reaccionaba. El pánico se apoderó de Mari Carmen, lo que provocó las lágrimas inmediatas de su hija al ver a su padre indispuesto.

Pero las lágrimas, tal y como relata el propio Jesús años después, fue su motor y energía para que despertara de manera repentina y se levantara del suelo. Tras el susto, asistieron al centro de salud más cercano. La presión arterial de Jesús era correcta. No se percibía ningún tipo de anomalía.

Finalmente, los médicos atribuyeron el desmayo a un síncope, algo que ocurre con cierta frecuencia entre los hombres cuando acuden al baño inmediatamente después de levantarse de la cama. El dolor de cabeza podía deberse a los efectos del calor.

La relación entre Jesús y su hija es muy especial

Pero como hemos comentado anteriormente, Jesús reaccionó cuando escuchó las lágrimas de su hija Amanda. Algo que, según cuentan los protagonistas de aquel accidente, no era fruto de la casualidad. La relación entre ambos es especial. Y es que Amanda nació prematuramente tras un parto complicado, en el que estuvo a punto de morir. Durante varias semanas estuvo incubada en el hospital.

Un momento de dificultad que marcaron a Jesús y Mari Carmen. El primero llegó a perder veinte kilos en un año por su estado depresivo. Fueron unos meses en los que Jesús tuvo como principal apoyo a Dios. Asistía diariamente a misa para pedir por la salud de su pequeña. Hacía promesas al Señor en caso de que Amanda se recuperara.

Así fue, y aquellos meses impactó sobremanera a la pareja, que desde entonces profundizaron en su fe después de que Dios les ayudó a que su hija, su única hija, saliese adelante sana y salva. Desde entonces, Jesús cree que su hija, al recuperarse gracias a la ayuda de Dios y a la labor de los médicos, le protege cada día de los obstáculos que le pone la vida. Como sucedió aquella tarde de verano en Benidorm.