La Iglesia da soporte a más de cuatro millones de personas pertenecientes a colectivos en riesgo de exclusión

Los 9.163 centros con los que dispone la Iglesia para paliar la pobreza o la falta de oportunidades funcionaron a pleno rendimiento durante el 2019, último año antes de la pandemia

La Iglesia dio soporte a más de cuatro millones de personas pertenecientes a colectivos en riesgo de exclusión

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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Un total de 4.066.558 personas fueron acompañadas y atendidas en alguno de los 9.163 centros socio-sanitario con los que dispone la Iglesia en 2019, tal y como revela la Memoria de Actividades de la Iglesia correspondiente a este ejercicio, y que ha presentado el Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello, y la directora de la Oficina de Transparencia del episcopado, Ester Martín.

El estudio recoge además el crecimiento de estos centros de atención a los más débiles en el seno de la Iglesia, que ha sido significativo en la última década, con casi 4.000 espacios más a su alcance.

En este sentido, la labor de Cáritas es esencia. Un millón y medio de personas se vieron beneficiados a lo largo de 2019 por la la ONG de la Iglesia a través de los más de 5.500 centros parroquiales que hay en nuestro país. El informe desvela que, en 2019, Cáritas invirtió más de 337 millones de euros, dirigidos especialmente a los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad. Una cantidad que asciende a los 373 millones de euros si sumamos la actividad asistencial y caritativa de Cáritas y Manos Unidas, con el que se beneficiaron en el mundo casi 2,5 millones de personas.

Una labor social que, además de Cáritas, realizan el conjunto de las diócesis, parroquias y otras instituciones eclesiales para mitigar la pobreza, asistir a los inmigrantes, promover el empleo o defender la vida y a la familia.

Centros para mitigar la pobreza

Durante el año 2019 más de dos millones de personas se han acercado algunos de los más de 6.300 centros en los que la Iglesia trabaja para mitigar la pobreza entre las personas más vulnerables de nuestro país. Familias, jóvenes, desempleados, inmigrantes, personas sin hogar, o exreclusos, reciben en estos centros atención básica de apoyo a sus necesidades materiales, como alimentos, ropero, pago de recibos, ayuda en el acceso a la vivienda, asesoría y también acompañamiento humano y espiritual.

Centros para promover el trabajo

Estos espacios, destinados a dar oportunidades laborales a quienes tienen dificultades para acceder a un puesto de trabajo, permitieron ayudar a más de 140.000 personas a través de sus más de 400 centros en toda España.

Centros de atención a inmigrantes

La situación en la que se encuentran un gran número de inmigrantes en nuestro país es uno de los dramas que requieren de respuesta más urgente por parte de las administraciones y de la sociedad. La Iglesia no es ajeno a este problema, y ayuda de una manera integral a estas personas a través de sus 137 centros. En el año 2019, se vieron beneficiados un gran número de inmigrantes, más de 140.000.

Preocupación por la familia, los menores, ancianos y mujeres

Sin duda, la familia es uno de los ejes sobre los que siempre trabaja la Iglesia. A lo largo del 2019, los 248 centros que poseen para la defensa de la vida y de la familia beneficiaron a más de 80.000 personas. En cuanto a los centros de menores tutelados, el organismo eclesial cuenta con 436 centros con casi 62 mil beneficiarios.

Mujeres solas o con hijos, en dificultad social, que han sufrido algún tipo de exclusión, explotación, trata, víctimas de violencia o exprostitutas, son las destinatarias principales de los programas y centros para promoción de la mujer que la Iglesia atiende. A través de estos centros y programas de atención y promoción de la mujer, se ofrece acompañamiento, orientación y distintos tipos de ayuda, como material, psicológica, y jurídica y laboral. En 2019, un total de 24.000 recibieron la ayuda gracias a los 127 centros con los que dispone.

En cuanto a las casas para ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad, su labor permitió atender a unas 75.000 personas gracias a sus casi 900 tiempos.