III Jornadas de Ciberseguridad en la UPSA
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El decano de la Facultad de Informática de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), Alfonso López, acompañado por el director del Proyecto ‘Internetsipero.es’, Alfonso Valdunciel, han inaugurado las III Jornadas de Ciberseguridad en las que han recordado tanto a las instituciones como a los ciudadanos la necesidad de velar por la seguridad en internet, ante la denominada cuarta revolución tecnológica. Y han insistido en concienciar sobre la protección digital, así como denunciar delitos cometidos en empresas y a nivel particular para sensibilizar no solo a menores, sino a los trabajadores y directivos.
Tras la inauguración, el experto en cibercrimen y analista forense informático Manuel Guerra ha impartido el taller ‘Dark web forensics’, en el que ha advertido sobre la gran cantidad de actividades criminales que surgen diariamente en la ‘web oscura’: narcotráfico, compra-venta de tarjetas de crédito robadas, delitos financieros, reclutamiento y propaganda terrorista, pornografía infantil, etc. "A través de estos sitios se cometen delitos, pero no hay que olvidar que en la web tradicional también existen este tipo de actos delictivos", apunta. El experto ha explicado su trabajo como analista forense informático, en el que a través de la tecnología ‘dark web’ se puede acceder a navegadores no estándar, en los que se compran bienes y servicios ilegales difíciles de rastrear. "Pero no se debe criminalizar la dark web, porque es una tecnología que puede utilizarse para un buen servicio o para hacer el mal". El forense informático ha presentado el navegador Tor Browser que permite acceder a esta red y que sirve a los expertos para analizar diariamente evidencias digitales de móviles y ordenadores de los que extraen información de interés. "Un teléfono móvil es una fuente de evidencia muy importante de la que sacar información tanto de la víctima de un delito, como de los autores del mismo". El rastro que dejan las redes sociales en un dispositivo móvil también permite identificar esa prueba, indica. Ha recordado la importancia de tener en cuenta de que ya no hay una distinción entre vida real y vida digital: "lo que sale de mi teléfono móvil es vida real, por eso es importante no compartir nunca algo que no estamos dispuestos a que se haga público". Y recuerda utilizar contraseñas distintas y complejas, mantener actualizados los sistemas operativos y teléfonos móviles, así como el uso de tarjetas bancarias con monedero que solo permita cargar el dinero del producto que tengamos que comprar. También recomienda tener cuidado con la compra en tiendas online falsas que no venden productos y solo quieren obtener el número de tarjeta bancaria.
Por su parte, el perito judicial informático, Alejandro Cortés, se ha referido a la ciberseguridad de la ‘ingeniería inversa’ -proceso con el que se obtiene información o un diseño a partir de un producto, con el fin de determinar cuáles son sus componentes, la manera en que interactúan entre sí y el proceso de fabricación- para poder realizar un producto similar o crear uno mejor. "El concepto de ‘tecnología inversa’ se ha atribuido a la creación de parches para juegos y programas informáticos para evitar pagar por ellos, pero en realidad tiene muchas ventajas", como ha apuntado Cortés sobre varios casos reales de aplicaciones que desarrollan mejores servicios, pero que sin embargo no se sacan al mercado. "Ante la salida al mercado de un nuevo producto, cualquier persona o empresa lo va a copiar, hay clones que varían el producto original, pero hay leyes que restringen también esa actividad", apunta.
Por último, Ester Mateos, fiscal de la Fiscalía Provincial de Salamanca; Raquel Sánchez, Inspectora de la Policía Nacional, y José Francisco Diego, director territorial de Salamanca del Instituto para la Competitividad Empresarial de Castilla y León, y José A. Cascallana, manager C4In R&D Cybersecurity Center de Eleven Paths en León de Telefónica, han participado en una mesa redonda en la que han planteado su experiencia ante delitos tecnológicos. "Una estafa o una amenaza a través de internet también es un delito tecnológico y sus efectos actualmente son mayores si se publican en redes sociales, ya que pueden llegar a conocerlo un número indeterminado de personas", informa la fiscal. Normalmente los delitos los denuncia la víctima, pero lo puede hacer cualquier persona y no necesariamente tiene que ser un organismo. La tramitación procesal es la misma que cualquier otro delito, denunciándolo a la Policía, solo difiere el contenido y el medio por el que se procede. La prueba del delito es importantísima, aseguran, "porque es muy difícil averiguar quién es el autor y por las trabas de los administradores de las redes sociales para informar sobre la cuenta o sobre el usuario identificado como autor de un delito".
En Salamanca, los delitos más comunes, según la fiscal, son las estafas de compras a través de internet, los robos de cuentas de redes sociales, en el caso de los menores, y la publicación de fotografías de menores de manera no consentida.
(UPSA)