Jonathan, Natalia e Isabel: los pacientes con trastornos de salud mental comparten los motivos de su ingreso

Isabel tiene depresión, mientras que el Trastorno Límite de Personalidad llevó a Jonathan a tener impulsos violentos y a Natalia a autolesionarse para quitarse la vida

José Melero Campos

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Jonathan ingresó hace siete años en el centro psiquiátrico de Ciempozuelos, gestionada por la Orden Hospitalaria San Juan de Dios en Madrid y que trata a pacientes con trastornos de salud mental, discapacidad intelectual o trastornos de conducta, lo que requiere ingresos de media y larga estancia.

En declaraciones a ECCLESIA, Jonathan habla abiertamente de los motivos que le llevaron a ingresar en el centro psiquiátrico: “Pues un montón de cosas, problemas familiares, problemas en la calle, problemas de todo tipo... No me tomaba las pastillas, me pegaba en la calle, discutía mucho con mi familia. Mi primer ingreso fue porque estaba en el centro de menores, y así sucesivamente”, ha relatado este joven de 26 años.

En Ciempozuelos, sus profesionales ofrecen una atención integral al paciente. Cuando pudimos hablar con Jonathan, se encontraba en terapia ocupacional junto a otros chavales de edad parecida que sufren en su mayoría Trastorno Límite de Personalidad, que se proyecta en la impulsividad o agresividad. En resumen, no ser capaz de controlar sus emociones.

Pero con el paso de los años, Jonathan ha avanzado de manera significativa. Retomó sus estudios para obtener el graduado escolar, lo que le permitirá acceder a Secundaria y, si todo va bien, un ciclo formativo de mecánica, su gran pasión: “No estudiaba en clase pero siempre tenía un libro que me regalaron de coches y lo repasaba. Me encantan los coches”, ha reconocido.

Entre terapias y estudio, Jonathan pasa los días entre los muros del centro psiquiátrico de la Orden San Juan de Dios. Ya obtiene permisos para salir los fines de semana o en periodos vacacionales. Tiene muy claro que desea abandonar cuanto antes el centro: “Se está bien aquí, pero yo prefiero estar fuera”.

Un objetivo que está cerca de cumplir gracias a estos avances, que comenzó cuando fue consciente de que tenía un problema: “Lo primero es aceptar que tengo un problema, que tengo que estar aquí, porque si no lo aceptas ni que tienes que tomar tu medicación, no puedes salir de aquí”, ha expresado.

“He avanzado con la impulsividad, ahora me tomo las pastillas. Antes no me preocupaba y las tiraba. Mi tratamiento me lo tomo al pie de la letra, voy a clase y no falto...”, ha puntualizado en ECCLESIA el joven.

El consejo de Natalia a jóvenes con trastorno: “Que no se autolesionen y pidan ayuda”

Natalia tiene 23 años. Sus constantes problemas con su madre y su abuela le llevaron a abandonar el núcleo familiar para vivir con su novio. La joven tocó fondo en diciembre de 2021, cuando tras su cumpleaños tomó un cuchillo con la intención de quitarse la vida: “Mi novio me apartó del cuchillo, llamó a la ambulancia, me metieron en Alcalá de Henares, luego al Doce de Octubre, después al centro Benito Menni, y ya finalmente mi psiquiatra me dijo que si quería venir aquí, y aquí estoy desde febrero”, ha compartido en ECCLESIA Natalia.

Es poco tiempo de terapia en Ciempozuelos, pero asegura que se han producido avances en su conducta: “Antes era mucho más impulsiva, mucho más agresiva, me daban muchos ataques de ira. Ahora estoy más calmada”, afirma.

Natalia no duda en atribuir esta mejoría a los profesionales, terapeutas o psicólogos del centro psiquiátrico: “Son geniales”, ha subrayado.

Aún es pronto para hablar de futuro en su caso, pero tiene claro que quiere volver junto a su madre y abuela: “Quiero que vean que he cambiado. Mi madre sé que me llama todas las semanas para preguntar por mí, pero tiene miedo que vuelva a casa porque no quiere a la Natalia de antes. Quiero estar sana por ella y por mi abuela porque se lo merecen y me lo merezco”, ha recalcado.

Aficionada a la poesía, Natalia ha compartido también su inquietud por estudiar Psicología con el fin de ayudar a personas que están pasando por lo mismo que ella. En este punto, ha aconsejado a quienes sufren algún tipo de trastorno mental “que no se autolesionen, que busquen ayuda, pero que no se autolesionen, esa es la última de las opciones”.

Isabel: “Te dan ideas de cómo superar una crisis de ansiedad”

También está el caso de Isabel, paciente de 61 años que hace ocho años ingresó por un trastorno ansioso-depresivo en la Clínica Nuestra Señora de la Paz (Arturo Soria) del que recayó el pasado mes de abril.

Su tendencia depresiva la sufre desde los 26 años. Soltera y sin hijos, convive con sus gatos. En declaraciones a ECCLESIA, asegura sentir pavor por la soledad. Una soledad que desaparece en el centro psiquiátrico de San Juan de Dios, donde además aprende técnicas de autocontrol.

“Aprendes aquí muchas cosas, tanto de los profesionales como de las personas que están contigo. Te pueden dar ideas de cómo superar una crisis, te ayudan con la psicomotricidad, cuando tienes ansiedad con la respiración. Viene bien”.

Por ello, tiene claro que no quiere abandonar San Juan de Dios hasta valerse por si misma: “No quiero irme. Quiero valerme por mi misma. Mi madre tuvo un Alzheimer y no me gustaría terminar así”, ha manifestado.

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