José María Avendaño, sacerdote durante 35 años en Getafe y con su madre en proceso de beatificación

Este viernes, 30 de septiembre, la Santa Sede ha hecho público el nombramiento de José María Avendaño Perea como obispo auxiliar de Getafe.

Vicario general desde 2005, José María nació el 25 de abril de 1957 en Villanueva de Alcardete (Toledo). Estudió Magisterio, en la especialidad de matemáticas, en Toledo (1978) y Logopedia en la Universidad Complutense de Madrid (1981). Es bachiller en Teología por la Universidad Pontificia Comillas (1985) y licenciado en Teología pastoral práctica por la Pontificia Universidad de Salamanca, en su sede del Instituto Superior de Pastoral de Madrid (2004).

Recibió la ordenación sacerdotal en la archidiócesis de Madrid el 14 de marzo de 1987.

Cuando se creó la diócesis de Getafe, fue incardinado en la misma, y en esta sede ha desarrollado toda su vida ministerial: vicario parroquial en la parroquia el Salvador de Leganés durante dos años y en San Nicasio de Leganés del 1989 al 1997 y después párroco de la misma durante 8 años. Arcipreste de Leganés nueve años, también fue delegado diocesano de la Pastoral Social del 2002 al 2018. Desde 2005 era vicario general y desde 2018, también vicario para el Clero.

En 2018 fue nombrado, por designación de la Conferencia Episcopal Española, Consejero Episcopal del Consejo General de Cáritas Española.

José María es autor de una docena de títulos publicados por diversas editoriales en los que encarna la vida cristiana en el quehacer cotidiano. Algunos de sus libros están ilustrados con sus propias acuarelas, siendo un prolífico pintor aficionado. En su libro “La fe es sencilla” expone la vida ejemplar de su madre, Jorja Perea, cuya cau-sa de beatificación ha sido abierta por el arzobispado de Toledo.

El lema episcopal elegido por D. José María es “Caritas et humilitas”, “Caridad y humildad”.

La historia de la madre de José María, Jorja, que podría ser beatificada próximamente

La historia de la madre de José María Avendaño, Jorja, es una historia sencilla, humilde, de Santa, de la puerta de al lado, porque sus vecinos sabían ya que ella era una santa por su caridad, su amor al prójimo y a Dios en medio de las pequeñas y grandes adversidades de lo cotidiano. Un sentir que se tradució en la apertura de la causa de beatificación que podría llevar a los altares a esta madre de familia de Villanueva de Alcadacete, que sufrió, entre otros muchos avatares, el horror de la guerra civil, el hambre de posguerra o la pérdida de dos hijos.

La madre del recién nombrado obispo auxiliar de Madrid murió el 14 de agosto de 2015, en la víspera de la Asunción de la Virgen. Un mes antes sufrió un infarto cerebral y, aunque lo fue superando poco a poco, esto le generó una neumonía. "No sabía leer, pero se sabía el Evangelio. Tenía sabidura, oración y paz. Siempre con un gran sosiego y gran esperanza", dijo hace unos meses José María Avendaño Perea.