Juan Pablo II, en Cataluña: "La Misa en el Camp Nou lleno fue seguramente un momento álgido del viaje"

El 7 de noviembre de 1982, el viaje del Papa Juan Pablo II en España entraba ya en su recta final. Le faltaba al Papa polaco solamente tres importantes ciudades de España que visitar: Barcelona, Valencia y Santiago de Compostela.

Los periodistas en Barcelona esperaban con muchas ganas la llegada de Juan Pablo II y, como en todos los días del viaje, la agenda era llena de eventos: a las 8:30h la llegada a Montserrat, a las 12h el Ángelus en Barcelona desde la Sagrada Familia, a las 16:30h la visita privada a la Catedral y las 17:30h la Santa Misa en el Camp Nou. Casi nada.

La visita a Cataluña empezó con muchos problemas. Se tuvo que retrasar la salida del aeropuerto de Zaragoza por el mal tiempo y la llegada a Montserrat no fue exenta de dificultades. El director de la Revista ECCLESIA, Joaquín L. Ortega, escribía así sobre la llegada del Papa Juan Pablo II a la Ciudad Condal: “Sobre el macizo de Montserrat había una capa impenetrable de niebla y de nubes. Los pilotos sentenciaron: visibilidad nula. Imposible intentar el aterrizaje en Monistrol, al pie de la montaña santa, como estaba previsto. Había que desplazarse necesariamente hasta Barcelona”.

Y es que el mal tiempo afectó la visita a Barcelona y provocó un retraso importante: “Apenas puesto el pie en el aeropuerto de Barcelona salió a toda velocidad y por carretera hacia la montaña. Él sabía de sobra que la Cataluña religiosa no tiene más que puerta de entrada: Montserrat”. Cientos de miles de personas había subido hasta la cumbre para ver al Papa. Juan Pablo II tuvo tiempo para venerar la imagen de la Virgen de Montserrat y saludar a la gente y agradecer el sacrificio de su presencia.

Daniel Arasa, periodista que dirigía Europa Press – Barcelona en 1982, ha querido recordar en ECCLESIA ese día, tan importante para la ciudad: “Esa visita la viví muy directamente y vi muy de cerca a Juan Pablo II en el escenario que le montaron en Montjuic en el encuentro con el mundo del trabajo […] recuerdo muy bien su estancia por la ciudad de Barcelona y el impacto y el seguimiento que tuvo, incluso desde las instituciones, eso lo recuerdo muy bien”.

El periodista destaca la fuerza de Juan Pablo II, después de más de una semana de viaje y a tres días de volver a Roma: “Le vi con mucha fuerza y me acuerdo perfectamente, por ejemplo, el momento en que el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Josep María Figueras, fue a cumplimentarle por el viaje”.

El último encuentro del Papa con el pueblo catalán fue en el lugar probablemente más popular de toda Barcelona: el césped y las tribunas del Camp Nou, “convertidos en la tarde dominguera pertinazmente lluviosa en altar y templo para una celebración eucarística que resultó modélica”.

“El Camp Nou lleno fue seguramente un momento álgido del viaje que mostraba la vitalidad, de un lado todavía de la fuerza de la visión religiosa de mucha gente, y del otro lado de su enorme carisma y atractivo para que la gente le siguiera viendo que detrás había un personaje humanamente extraordinario y espiritualmente muy potente”.

Para Daniel, visitar Montserrat el día después de haber ido a Zaragoza, fue una clara demostración que seguía muy vigente ese “Totus tuus”, ese “sentido de unión con la Virgen y por eso yo creo que él quería ir a los santuarios marianos más importantes porque allí encomendaba a la Virgen no solamente su viaje, sino toda la gente con la que se encontraría”.

Con la celebración del Camp Nou, una “verdadera apoteosis litúrgica, concluía la estancia de Juan Pablo II en Cataluña a lo largo de una jornada en la que todo se hizo bajo la lluvia y en la que nada de lo previsto dejó de cumplirse por mucho que se empeñaran los elementos”. Le esperaba Valencia y la ordenación de 140 nuevos sacerdotes. Empezaba así la penúltima jornada del Papa en España.