Una comunidad de apoyo al farmacéutico católico a la hora de ejercer su profesión
La Asociación Española de Farmacéuticos Católicos celebra su 30 aniversario ofreciendo formación, orientación y el apoyo de una comunidad
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“Promover la ética profesional y fomentar el servicio a la vida y la salud y el uso responsable de los medicamentos, así como asesorar a los farmacéuticos que se ven involucrados en problemas de tipo ético profesional”. Ese es el principal objetivo de la Asociación Española de Farmacéuticos Católicos, que este año celebra el 30 aniversario de su formación.
Tal y como explica su presidenta, Marta González, “somos un grupo de farmacéuticos abiertos a todos los compañeros que comparten nuestra inquietud de ejercer nuestra profesión desde los valores propios de un cristiano para lo que, subraya, es necesaria una mejor formación del farmacéutico a nivel ético-profesional y el apoyo de otros compañeros en su actuación profesional".
Mejora del ambiente social y moral
La asociación nace en Madrid en el año 1992 por iniciativa de José Carlos Areses, un farmacéutico comunitario quien, junto al incondicional apoyo de nuestra compañera ya fallecida, María Dolores Jiménez Caballero”, creó la AEFC al constatar las dificultades que “algunos compañeros encontraban en el ejercicio profesional cuando tratan de ser coherentes con sus creencias".
La misión y objetivos de la AEFC se resumen en tres pilares fundamentales: formación, orientación y comunidad. La actividad de la Asociación “es muy variada y queda recogida en nuestra pagina web, desarrollándose a través de diferentes iniciativas o colaboraciones con otras asociaciones y entidades académicas que promueven estudios de bioética y la ética profesional”.
Crear comunidad
Además, “contamos con una sección de voluntariado y llevamos a cabo, en la medida de nuestras posibilidades, actividades y encuentros para los asociados, con el fin de conocerse, compartir experiencias y crear comunidad”.
De esta forma, “la Asociación promueve el debate y la profundización en los temas de bioética y ética farmacéutica, con el deseo de contribuir eficazmente al respeto y promoción de la vida humana, así como difundir los principios cristianos en relación con nuestro ejercicio profesional y dar solución teórica y práctica a problemas de ética farmacéutica”.