Las madres embarazadas en situación de vulnerabilidad "necesitan acompañamiento y atención social"

Las Hijas de la Caridad gestionan en Madrid "Villa Paz": Un centro dedicado a la protección de mujeres y niños "que llegan sin ningún tipo de red de apoyo familiar"

Redacción Religión

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“Las mujeres que llegan a nuestros centros son normalmente madres embarazadas o madres ya con hijos menores que están en situación de riesgo de exclusión social”. Así lo ha explicado a ECCLESIA Carolina Jiménez, que dirige la Fundación Social Hijas de la Caridad y que ha participado en el programa La Tarde de COPE con Fernando de Haro.

En el centro "Villa Paz", en el madrileño pueblo de Pozuelo de Alarcón, se proporciona alojamiento temporal, manutención y un plan individualizado con el objetivo de lograr la plena integración y autonomía tanto económica como social y personal de las mujeres atendidas. Por lo tanto, las áreas de atención son esencialmente del ámbito social, psicológico, formativo laboral, materno-infantil, sanitario, ocio y tiempo libre y cultura. Para poder acceder a estos centros, la solicitante se debe dirigir a los servicios sociales de proximidad, comisión de tutela o dirección general de la mujer.

Villa_Paz

Dificultades añadidas

No es el único apoyo a la mujer de las Hijas de la Caridad que tienen otros pisos de acogida para madres con hijos, también centros de emergencia del Ayuntamiento de Madrid para mujeres con hijos víctimas de violencia de género. “Estas madres se encuentran con la dificultad de que algunas, lógicamente, o no tienen trabajos o son muy precarios en los que a lo mejor el empleador, en el momento de saber que están embarazadas, pues las despide. Con lo cual toda la situación se va complicando, llegan a nuestro centro con depresión, ansiedad... Incluso mujeres víctimas de maltrato sin ningún tipo de red de apoyo familiar”.

Acompañamiento integral

El centro cuenta con un equipo multidisciplinar compuesto por una trabajadora social, una psicóloga, cuatro educadores y dos técnicos socioeducativo. “A través de terapias, cada profesional interviene dentro de su ámbito. El periodo de adaptación puede durar entre uno o dos meses y cuando la mujer ya ha alcanzado un nivel de estabilidad, se elabora lo que llamamos un proyecto educativo individual en el que se fijan una serie de objetivos, por ejemplo, que establezcan una serie de rutinas, de horarios, de comidas, el trabajar con ellas un vínculo materno filial, porque muchas de ellas, a lo mejor o al hijo lo rechazan o todo lo contrario, tienen un apego excesivo”.

El centro cuenta con un total de 23 plazas que ha permitido mejorar sustancialmente las estancias residenciales de cada una de las madres residentes, disponiendo en la actualidad de un amplio dormitorio con su propio cuarto de baño.