Los claretianos celebran sus 175 años con el deseo de ''incendiar a todos con el amor de Dios''

El 16 de julio de 1849, Cataluña acababa de vivir un grave episodio entre carlistas y liberales. La guerra resonaba en pueblos de interior, como Vic (Barcelona). Ese día, en el seminario, Antonio María Claret, de 41 años de edad, reunía a otros cinco sacerdotes para fundar la ''Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María''.

Los claretianos han celebrado el 175 aniversario con un jubileo que finaliza este martes. Aunque el contexto es diferente al de hoy, ''hay algo que todos los miembros de la familia claretiana comprendemos'', explica el padre Mathew Vattamattam, superior de los claretianos. Y cita el deseo fundador de Claret: “desear poderosamente y esforzarse por todos los medios posibles para incendiar a todos con el amor de Dios” (Aut 494)''. Un carisma dado por el Espíritu Santo ''que nos guía'', asegura el superior de India. También cita a la Virgen ''que nos acompaña en nuestro caminar peregrino''.

El aniversario es motivo de dar gracias a Dios, tanto por Claret como sus cinco compañeros iniciales: Esteban Sala, José Xifre, Domingo Fábregas, Manuel Vilaró y Jaime Clotet, así como los mártires y santos claretianos. Hoy algunos obispos, como el de León, Luis Ángel de las Heras, y san Sebastián, Fernando Prado. En Japón, Josep María Abella es obispo de Fukuoka.

El superior claretiano desea que el jubileo haya sido tiempo para convertirles en ''evangelizadores creativos en este momento que nos ha tocado vivir''.

Vattamattam ha compartido sus reflexiones en base al Congreso de Espiritualidad que se ha celebrado en Vic por este aniversario. Pide que sean misioneros místicos, es decir, tejedores ''de relaciones profundas'' con Dios, con uno mismo, los hermanos y la gente ''especialmente los pobres''. Señala que ''sin un amor 'loco' por Jesús y su Evangelio, no podemos invitar a la gente a la fuente del amor''. Como dijo Claert, ''Enamórate de Jesucristo y del prójimo''.

''Necesitamos caminar juntos''

También pide ver el mundo a través de los ojos de Dios para amar a las personas ''con el corazón de Dios'', una actitud que ''distingue al misionero de las personas movidas a actuar por ideologías''. Acoger a Dios en la propia vida creará en nosotros ''una presencia sanadora para nuestros hermanos y hermanas en un mundo roto''. Vivir en comunidad da a los misioneros ''la fuerza interior para anunciar el Evangelio'', asegura el padre Mathew.

Y es que ''necesitamos caminar juntos como hermanos y hermanas'', sea como congregación, familia claretiana, Iglesai y humanidad, para aplacar el egocentrismo y el acomodamiento.

El superior de los calretianos enfoca este jubileo como antesala la Jubileo de 2025. Por eso agradece los eventos y trabajos que las comunidades clartianas han desarrollado por este aniversario. Y recuerda que el mejor homenjae a la Virgen y a Claret es ''vivir con alegría nuestra vocación misionera y dando sus fruto en la Iglesia''.