Los desgarradores testimonios de aquellos que pierden a sus seres queridos sin despedirse: "Sin aliento"

COPE.es está más cerca que nunca de aquellas personas que sufren los efectos de la pandemia del coronavirus

Los desgarradores testimonios de aquellos que pierden sus seres queridos sin despedida: "Sin aliento"

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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COPE.es está más cerca que nunca de aquellas personas que sufren los efectos de la pandemia del coronavirus, que tanto amenaza nuestro día a día. Los principales afectados sin duda son los 17.000 fallecidos como consecuencia del virus y sus familiares, que ni siquiera han tenido la posibilidad de despedirse de su ser querido.

Y es que el Estado de Alarma decretado el pasado 14 de marzo por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, ha supuesto un aislamiento social en nuestros hogares, que impide darles a nuestros fallecidos un último beso de despedida y rendirles un merecido homenaje. Por ello, COPE.es está recibiendo multitud de mensajes a través del correo electrónico copecontigo@cope.es, por el que las personas que deseen rendir un tributo a su familiar o amigo muerto, pueden hacerlo a través de esta plataforma.

También puedes hacernos llegar tu particular recuerdo a través del Whassap de este número de teléfono móvil 647 35 13 43 con un mensaje de audio o escrito. A continuación, mostramos algunos de los mensajes recibidos en las últimas horas;

La abuela de Lucía falleció el pasado Jueves Santo

"Mi abuela falleció el pasado Jueves Santo, 9 de Abril. Un recuerdo para mi abuela Mica, que en paz descanse. Tu hijo, tu nieta, tus hermanos, sobrinos, demás familia y amigos te llevaremos siempre en nuestros corazones. Gracias a todos por vuestro cariño":

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Palmira falleció sin que pudiesen despedirse de ella

Tamara Campillos: "Para Palmira Gomez Martin, madre y abuela, que nos dejó el 21 de marzo. Siempre estarás en nuestro corazón, ¡te echamos mucho de menos! Lo más duro es no haberte podido acompañar en tus últimos días ni habernos despedido".

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El homenaje de Raquel Pinilla a su padre

"No cabe duda de que esta cruel pandemia nos está arrebatando a gran parte de una generación que representa la historia reciente de nuestro país. Este es un homenaje a todos esos hombres y mujeres que nos están dejando, a través de la historia de mi padre, Francisco Pinilla (Paco, para sus conocidos), que falleció el domingo, 29 de marzo, y del que no hemos podido despedirnos. Tenía 96 años, toda una vida de entrega a su familia y a su vocación, el ejército, porque mi padre siempre será militar. Esta es solo una parte de su larga historia.

Mi padre nació el 4 de octubre de 1923, en Toledo. Su padre era guardia civil, y sus primeros años transcurrieron en una casa cuartel, con sus padres y sus dos hermanas. La contienda civil llevó a su familia a refugiarse en el Alcázar de Toledo, en julio de 1936, cuando él tenía tan solo 12 años de edad. Allí le alcanzó una bala y estuvieron a punto de amputarle un pie, pero afortunadamente descubrieron el orificio de salida en el último momento. Su familia pudo sobrevivir al asedio y continuaron en Toledo, donde él comenzó su carrera militar con 16 años. Poco después, tras fallecer su madre, se trasladó a Madrid con su padre y sus hermanas.

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A los 19 años, se alistó como voluntario en la División Azul. Durante una de las misiones de exploración, cuatro compañeros de la 2ª Bandera y él se toparon con toda una división rusa en mitad de la noche. Tras un breve intercambio de disparos, lograron escapar de allí con su capitán herido a cuestas y pudieron alertar a su Bandera. Fueron condecorados por este acto.

Años después, en Madrid, conocería a la que fue el amor de su vida, a mi madre, Lina, una joven segoviana que, en tiempos de posguerra, como tanta otra gente, había emigrado del campo a la ciudad. Se casaron en 1955.

Su aventura continuó cuando pidió ser destinado a Guinea Ecuatorial. Allí trabajó en los aeropuertos de Bata y Santa Isabel. Allí nació mi hermano. Allí mis padres forjaron amistades entrañables. Allí, entre palmeras y cayucos, se iba consolidando su gran historia de amor, 63 años juntos, hasta que mi madre nos dejó en 2018.

No sé de nadie que conociera a mi padre y no lo apreciara. No se llevaba mal con nadie, no hablaba mal de nadie, no se metía en la vida de nadie. Apenas hace una semana que me decía por teléfono que le extrañaba que no lo hubieran movilizado para ayudar, pues para eso están los reservistas. Genio y figura. Mi padre se fue discretamente, como siempre había vivido; en Madrid, en esta gran ciudad que lo acogió cuando llegó de Toledo y que ahora lo ha visto partir".

Te querremos siempre, papá.

La despedida de los nietos

"Hoy brilla una estrella más en el cielo. No he podido despedirme de ti, no me han dejado despedirte de ti... pero allá donde estés te recordaremos siempre... Te quieren tu nieta y tus bisnietas.

Laura, Lucía, Martina y Carlos.

Ana ha perdido a su suegro mientras su marido pelea contra el virus

"Hace 16 días que mi marido lucha contra este monstruo alimentado en un laboratorio. Ayer, su padre, nos dejó en la más absoluta tristeza, dejándonos sin aliento. La ira de este monstruo traspasa fronteras, religión, raza, ideología... Su falta de humanidad convierte en cruel todo lo que toca y lo reduce a cenizas... Cenizas, que ni tan siquiera podrán ser esparcidas por ninguna parte.

Un monstruo incapaz de alimentarse de la compasión, de la ternura de la humanidad y solo crecer en la destrucción, sembrando el dolor, la rabia y la pena más absoluta. La ineficacia de nuestros dirigentes, falta de organización y desinformación, han hecho que la fiera se convierta en la peor de todas las pesadillas...Y tras su paso, arrasar con la mayor de las crueldades, llevándose la vida de personas buenas de corazón, desprevenidas e incapaces de poder luchar con todas sus armas contra semejante bicho.

Pero todas esas vidas rotas e interrumpidas, tienen que servir para darnos cuenta del valor de las nuestras y de que nuestra salvación y lucha solo tendrá significado si permanecemos en nuestro hogar, protegiéndonos de la oscuridad, que siembra esa horrible bestia negra.

#quedateencasa y que en nuestros castillos, no pueda entrar la bestia. Quédate en casa...Por los que no están, los que están luchando y por nosotros mismos. Hoy fueron ellos, pero mañana puedes ser tú...

Esto, además, es un homenaje para mi queridísimo suegro, Eugenio Gómez Gutiérrez, el más valiente gladiador, para todos los demás guerreros que no han perdido una batalla, sino que han ganado con valor su podio en el cielo, dando la cara y luchando como vencedores de corazón y auténticos héroes...

#quedatencasa