Los obispos de Valladolid animan a participar en la Eucaristía y a ser "Iglesia doméstica"

Los prelados de las once Diócesis de Castilla y León recuerdan que siguen sin ver “razonado ni aceptable el criterio” de limitar a 25 personas el aforo en todos los templos

Los obispos de Valladolid animan a participar en la Eucaristía y a ser "Iglesia doméstica"

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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El arzobispo de Valladolid, cardenal Ricardo Blázquez, junto a su obispo auxiliar, Mons. Luis Argüello, han escrito a los sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos de la diócesis una carta para animarles a participar en la eucaristía, siempre atendiendo a las indicaciones recomendadas para este tiempo de pandemia, y a no dejar de ser “Iglesia doméstica” ante las restricciones de movilidad impuestas. "Una iglesia permanentemente cerrada es una prolongación de la secularización de la sociedad", apuntan.

Los obispos diocesanos de Valladolid vuelven a recordar que siguen sin ver “razonado ni aceptable el criterio” de limitar a 25 personas el aforo en todos los templos, como ya se explicara en un comunicado que fue firmado por los obispos de todas las diócesis de la Comunidad de Castilla y León. En este punto lamentan el que no se haya tenido en cuenta su petición de suprimir ese aforo, apuntando que en otros gobiernos regionales sí se hiciera.

Además, el cardenal Blázquez y su obispo auxiliar expresan en su carta el agradecimiento a los sacerdotes por su atención pastoral siempre y particularmente ante las limitaciones de movilidad. Conscientes del grave momento sanitario del momento, mencionando como el sufrimiento de todos es también el suyo, lo mismo que las inquietudes de todos, aseguran también su disposición a seguir colaborando como ocurre en todas las Diócesis con sus parroquias y comunidades.

Los obispos de Valladolid piden participar en la Eucaristía

“Queridos hermanos presbíteros, diáconos, religiosos y laicos: Recibid un saludo cordial de vuestros obispos. En medio de las inquietudes y sufrimientos causados por la pandemia, que desde hace tiempo venimos padeciendo, os deseamos un Año de Gracia del Señor, y os recordamos sus palabras como dichas a cada uno de nosotros: “Se puso junto a mí y lo libraré; me invocará y lo escucharé; con él estaré en la tribulación” (Salmo 90, 14-15).

Nos ponemos en comunicación con vosotros después de que hayan sido publicadas las Disposiciones firmadas por el Presidente de la Junta de Castilla y León el día 16 de enero de 2021. Particularmente tenemos presente el Acuerdo tercero que afecta a las reuniones, celebraciones y encuentros religiosos que podrán desarrollarse en todo tipo de instalaciones, siempre que, respetándose las medidas generales de prevención, “no supere un tercio del aforo, con máximo de 25 personas”.

Los obispos de las once Diócesis de Castilla y León expresamos en un comunicado el mismo día 16 que no nos parecía “razonado ni aceptable el criterio” de limitar a 25 personas el aforo en todos los templos. Antes oralmente habíamos hecho llegar “nuestra firme oposición al criterio de numerus clausus”. Lamentamos no haber sido tenida en cuenta nuestra petición, que por otros gobiernos regionales si fueron atendidas.

Ante la presente situación, al tiempo que manifestamos de nuevo que somos conscientes del grave momento sanitario, aseguramos nuestra disposición a seguir colaborando como lo venimos haciendo en todas las Diócesis con sus parroquias y comunidades. El sufrimiento de todos es también nuestro; compartimos todos las mismas inquietudes.

Una vez que se ha publicado el documento de la Junta, deseamos transmitiros nuestras orientaciones y actitudes.

1. Comprendemos el retraimiento de muchas personas a participar en las celebraciones; pero os animamos a no encerrarnos en nuestros miedos, y a tomar parte en la Eucaristía, en la catequesis y otros encuentros religiosos. Seamos prudentes y respetemos las normas y recomendaciones de las autoridades sanitarias; y al mismo tiempo no rompamos la comunicación tan necesaria para una vida saludable.

2. En el tiempo del confinamiento de los meses de marzo, abril y mayo muchos hicisteis de vuestros hogares “iglesias domésticas”, ya que Dios habita también en vuestras casas. Rezad, leed el Evangelio, seguid las celebraciones retransmitidas por los medios de comunicación que tenemos a disposición. Nos alegramos del servicio que nos prestan. ¡Qué bello es que abuelos, hijos y nietos os unáis también en la oración!.

3. Agradecemos a los presbíteros su atención pastoral siempre y particularmente cuando están la restringida la movilidad y la comunicación social. Os pedimos que también en la presente situación continuéis cerca de vuestros feligreses, celebréis la Eucaristía en los templos, convoquéis a la catequesis, comunicaros con los enfermos y ancianos que no pueden salir de sus casas. Una iglesia permanentemente cerrada es una prolongación de la secularización de la sociedad. En cambio, un templo abierto nos invita a la oración y a recordar que nuestra vida necesita la ayuda de Dios. La celebración de la Eucaristía del domingo es la manifestación más elocuente de la comunidad cristiana; escuchamos juntos la Palabra de Dios, rezamos unidos, participamos de la Mesa del Señor, nos saludamos, intercambiamos los gozos y las fatigas de la vida. Así como en la educación no es igual la comunicación presencial que la virtual entre el maestro y los alumnos, de modo semejante acontece en la Eucaristía. En la medida de lo posible, tomemos parte en la asamblea de los cristianos.

Queridos amigos todos, oremos unos por otros. La paz del Señor esté con todos. ¡Que Santa María la Virgen y San José protejan nuestras familias!.