Los retos del catecumenado en la Iglesia de hoy: "Queremos dar respuesta a dudas, inquietudes e interrogantes"

Hasta este jueves, 31 de marzo, más de treinta delegados y responsables diocesanos para el catecumenado han celebrado su encuentro anual en Málaga

Los retos del catecumenado en la Iglesia de hoy: "Queremos dar respuesta a dudas, inquietudes e interrogantes"

Santiago Tedeschi PradesSara de la Torre

Publicado el - Actualizado

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Los delegados y responsables diocesanos para el Catecumenado están celebrando, hasta este jueves, 31 de marzo, su encuentro anual en Málaga. La Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado ha propuesto para estas jornadas el tema, “El Precatecumenado en el proceso de Iniciación Cristiana de niños, adolescentes y adultos”.

Un encuentro que fue inaugurado por José Rico Pavés, obispo presidente del área del Catecumenado, quien afirmó el pasado martes que “estas jornadas responden a la situación de nueva evangelización en la que nos encontramos. El contexto actual es de nuevo paganismo, y tiene más paralelos con el periodo de la Iglesia naciente que con el de hace 100 años. Pero aún tenemos en la mente una configuración de la acción catequética de la infancia, y desde ahí configuramos la catequesis de los mayores”.

ECCLESIA también ha entrevistado a Francisco Julián Romero Galván, secretario técnico de la Comisión Episcopal para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado , a raíz de este encuentro anual que se está celebrando en Málaga.

- ¿Cuáles son los retos del catecumenado en el contexto actual?

Durante varias décadas se está promoviendo con los responsables diocesanos la implantación del catecumenado bautismal en cada diócesis. A lo largo de los años se han ido sumando más diócesis, pero es necesario que las que faltan por participar se sumen a esta realidad de iniciar en la fe de manera estructurada y organizada a los que solicitan como adultos su incorporación a la Iglesia por medio del Bautismo.

Además, tenemos como reto acompañar a las personas que buscan en su interior, tras un encuentro con el Dios vivo, dar respuesta a sus dudas, inquietudes e interrogantes para que despierten a la fe y decidan ser cristianos. Es una realidad de esperanza en medio de esta sociedad secularizada.

- Pese a la secularización ante la que nos encontramos, se ha percibido un aumento de adultos que solicitan preparación para recibir los sacramentos...

En las diócesis donde está establecido el servicio del catecumenado cada año se presentan más adultos que solicitan recibir los sacramentos de la iniciación cristiana. Para ello se incorporan en un proceso catecumenal dividido por etapas en los que por medio de la catequesis y de la celebración litúrgica se le va acompañando en su proceso espiritual para que puedan aprender a ser cristianos de la mano de un catequista y acompañado por la comunidad parroquial.

Dios sigue tocando el corazón de muchas personas. Con La Luz de la fe y el deseo de conversión comienzan el camino catecumeno que culminará con la recepción de los sacramentos de la iniciación cristiana en la noche de la Pascua, después de, al menos, dos años litúrgicos, caminando en este aprendizaje de la vida cristiana.

- Estas jornadas por primera vez plantean el catecumenado uniendo infancia y adultos, destacando preciosamente esa unidad del itinerario ¿Urge trabajar en este sentido?

Parece que comprendemos bien que un adulto solicite el bautismo porque en él se ha despertado la fe y desea ser discípulo de Cristo.

Sin embargo, cada vez son más los niños que en su infancia solicitan a la Iglesia el sacramento del bautismo. Unas veces porque desean celebrar la primera comunión y necesitan recibir previamente el bautismo, otras porque ellos o sus padres que han encontrado con el Señor y piden el primer sacramento.

Estamos ante una realidad nueva. Vivimos en una cultura poscristiana. Pero en ella la vida de los cristianos, su testimonio, el dialogo, la fraternidad... propician el interrogante en adultos y niños que desean ser como aquellos de los que han recibido el testimonio.

Se abre para la Iglesia una nueva realidad evangelizadora que exige a todos los cristianos salir y proclamar el Evangelio en medio de la vida, más con el testimonio que con la palabra, aunque este no debe falta. Hay que anunciar a Jesucristo. El itinerario que seguimos para iniciar en la fe es el que nos presenta el RICA, (Ritual para la iniciación cristiana de adultos). En él aparece tanto el proceso que ha de seguir un adultos, como el que debe hacer un niño. Es un documento litúrgico con una gran riqueza. Ojalá fuera mas conocido y utilizado en cada una de las comunidades cristianas.

- ¿Cómo acompañar en la "reiniciación cristiana" de adultos a los que llevan años alejados de la catequesis y a veces también de la Iglesia?

Hay una masa grande de personas que están bautizadas pero que no practican la vida cristiana. Recibieron el bautismo, fueron a la catequesis de niños, se educaron en las aulas de un colegio católico, vivieron en el seno de la una familia cristiana... y por experiencias vividas, por el mal testimonio de los cristianos, porque no estaban dispuestos a seguir las exigencias de la vida cristiana... se alejaron De Dios y dejaron de practicar.

A este grupo de personas la Iglesia quiere volver a despertar en ellos la fe y animarles a que vuelvan su rostro hacia el Señor y se reinicien como cristianos. En las jornadas que estamos celebrando, buscamos los cauces para llegar a ellos y ver cómo anunciarles a Jesucristo en su realidad existencial. Creo que es uno de los retos más grandes que tenemos hoy en nuestra Iglesia española.

También hay creyentes que no se han alejado de la fe y viven en torno a la religiosidad popular o en el seno de las comunidades pero necesitan consolidar su fe y hacerla madurar. Para ellos también esta catequesis de adultos que siga el proceso del RICA y que ayude a crecer en el encuentro con Jesucristo, la fe y la conversión de vida.

- ¿Son los laicos los mejores acompañantes de los catecúmenos?

Es la comunidad cristiana quien debe realizar el acompañamiento de aquellos que desean ser cristianos. La comunidad reza por ellos, da testimonio, acoge, introduce en su seno y elige a los catequistas que deben ejercer el servicio de acompañar en la iniciación cristiana a todos ellos.

Este ministerio del catequista lo puede ejercer el cristiano laico que por su consagración bautismal está llamado a ejercer este servicio. Ello no indica que los sacerdote se tengan que desentender. Ellos tienen un papel esencial en el catecumenado. Han de trabajar juntos para hacer nuevos cristianos. La Iglesia desea tener en sus filas a creyentes que se sientan llamados por el Señor para el servicio de la catequesis, laicos con una fe sólida y una vida cristiana ejemplar.