Luis Argüello advierte sobre la corriente que busca deconstruir a la persona, el matrimonio o la familia

En el Sermón de las Siete Palabras, el arzobispo de Valladolid se ha referido a temas actuales como el dominio de las empresas tecnológicas o las "ideologías radicales de género"

Luis Argüello advierte sobre la corriente que busca deconstruir a la persona, el matrimonio o la familia

Redacción Religión

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El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha advertido este Viernes Santo, durante el Sermón de las Siete Palabras, de que hay un poder que trata de construir un sujeto que trascienda sus limitaciones, de construir nuevas identidades sociales y políticas pero que para ello es necesario "deconstruir" la persona, el matrimonio, la familia, la historia o la propia identidad nacional.

Así lo ha puesto de manifiesto ante las siete imágenes que, ubicadas en la plaza Mayor de Valladolid, representan las Siete Palabras que Jesús pronunció en el Monte Calvario y donde en su sermón ha hecho alusiones a cuestiones de actualidad, como las adiciones de los jóvenes, la pérdida del valor de la palabra, el dominio de las compañías tecnológicas o las "ideologías radicales de género".

Durante su intervención, Argüello se ha referido a las siete palabras que Jesús pronunció en la Cruz y a las diez palabras entregadas por Yahveh a Moíses en el Sinaí, y ha recordado a Heidegger, quien afirmó que la devastación del lenguaje "se extiende velozmente por todas partes" lo que le ha llevado a afirmar que "hoy las Hoy las palabras, en redes y pantallas, dejan de ser representación de la realidad, paraconvertirse en instrumento de la voluntad de poder o de lo políticamente correcto".

Momento en el que Luis Argüello ha apelado a rescatar palabras a las que tantas veces "se le ha robado su significado" para poder intercambiar "palabras en la casa, en la calle o en el ágora, en un ejercicio de diálogo genuinamente político, con capacidad para recomponer las diferencias particulares por el bien común de la polis".

Al abordar la primera palabra de Jesús, 'Padre, perdónales porque no saben lo que hacen', el orador se ha referido a como el Papa Francisco defiende que el espacio de la fe se crea "allí donde la razón de la luz no pudiera llegar y donde el hombre ya no tuviera certeza" por lo que el prelado ha recordado que la luz se puede encontrar en el árbol del conocimiento del bien y del mal.

En este sentido, el prelado vallisoletana ha aseverado que desde el origen, hombres y mujeres "han decidido conocer y decidir el bien y el mal" aunque en el tiempo moderno "lo ha hecho de tal manera, -autonomía, independencia, derecho a decidir, autodeterminación-, que la hartura está provocando indigestión".

Igualmente, Argüello se ha referido al nihilismo y al panteísmo, "que dictan muchos de los comportamientos actuales y conformar la mentalidad común generaliza" y ha añadido que "una y otra, se refuerzan y tienen un punto común: la confianza en el poder y la codicia de cualquier manera o versión de ese poder".

Es en este punto donde el arzobispo ha reconocido que se está promoviendo "una sociedad al mismo tiempo libertina y puritana en la que no cabe el perdón".

En la segunda palabra, 'Yo te aseguro que hoy estarán conmigo en el paraíso', el orador se ha referido a la "incertidumbre de la nada" y a la "dolorosa advertencia" de que la naturaleza humana "lleva dentro como ley insuperable, la de acabar y basta. No hay un sentido último en la naturaleza", lo que le ha llevado a reconocer que no le extraña que aparezca un "nuevo estoicismo elitista".

En este punto, Argüello ha aseverado que el estoicismo y el epicurísmo "intentaron desmovilizar políticamente a los miembros de laCiudad, a fin de dejar el campo libre a los gobernantes distantes de sus bases" y ha añadido que estas se ve en "tantos proyectos actuales de gobierno: poder concentrado, distante, inasequible; hombres y mujeres exaltados en su individualidad y su hedonismo, pero apartados de la participación política".

Esto lleva a que en los jóvenes estalle un conflicto entre el deseo de la felicidad y la competición social lo que les "roba el oxígeno para respirar y provoca que se busquen adicciones consoladoras".

Igualmente, el arzobispo ha apuntado a que "el Poder" ofrece un nuevo deseo de edificar el paraíso en la tierra, de "construir un sujeto que transcienda sus limitaciones, para lo cual el cuerpo es solo material

de trabajo; construir la historia desde los intereses del presente y construir también nuevas identidades sociales y políticas. "Para todo ello es necesario deconstruir" la persona, el matrimonio y la familia, la historia de los pueblos e incluso su identidad nacional" ha matizado el prelado, quien ha aseverado que ideologías radicales de género son una referencia "clave" en este proceso de destrucción y construcción, sobre todo sus últimas expresiones "queer" o de "sexo y género fluido o "no normativo".

Al llegar a la tercera palabra, 'Mujer ahí tienes a tu hijo', Luis Argüello se ha referido al "empoderamiento", palabra de actualidad en las "neolengua" que se refiere a conceder poder a un colectivo desfavorecido para que con su autonomía y recursos públicos tengan mejores condiciones de vida.

Y es aquí donde ha contrapuesto a empoderamiento el término "promocionar" que busca paliar las situaciones de injusticia o desigualdad "con ayudas dirigidas a las consecuencias" al crecimiento de las capacidad y cualidades de la personas.

En la cuarta palabra 'Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?, Luis Argüello habla de la amenaza "más grave en los momentos existenciales de crisis" como es experimentar la enfermedad mortal de la desesperación y perdida del sentido de la vida y apunta que el hombre que ha abandonado a Dios o vive como si no existiera "no goza de buena salud ni acaba de encontrar su sitio".

Por ello, el mensaje central que se ha "de comunicar hoy es que Dios existe. Afirmar que Dios existe y es bueno creer en él" y ha precisado que a Dios se le conoce a través de hombres y mujeres "que lo conocen" por lo que ha apelado al papel de los fieles laicos que deben dar "un testimonio transparente de la importancia de la cuestión de Dios en todos los campos del pensamiento y de la acción".

En la quinta palabra, 'Tengo sed', el prelado vallisoletano afirma que una y otra vez se responde "al amor solícito de Dios con vinagre, vinagre, con un corazón agrio que no quiere hacer caso del amor de Dios" y así se ha referido como el papa Francisco usa la imagen de los sueños "para expresar su sed de Iglesia, de sociedad fraterna y cuidadosa".

Es aquí donde se refiere a las empresas GAFAM (Google, Apple, Facebook-Meta, Amazon y Microsoft) que controlan pantallas, redes, datos y algoritmos y que "son muy eficaces en su trabajo de suscitar, inventariar y encauzar los sueños", y que han eliminado la distinción entre lo verdadero y lo falso, "la realidad y la ficción".

En la sexta palabra, 'Todo está consumado', el arzobispo recuerda que el texto griego, esta palabra subraya que Jesús amó a los suyos "hasta el extremo" y que la razón de su ser se ha cumplido "porque la salvación se ha cumplido, ha vencido al pecado".

Jesús ha cumplido su misión y el Hijo de Dios "abre una puerta en la muerte y nos permite esperar la vida eterna", ha defendido el orador, quien ha apuntado que "alegría en medio de las lágrimas y esperanza en los fracasos y ante la muerte, son signo de haber encontrado el significado de la existencia".

En la última palabra, 'Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu', el prelado vallisoletano hace referencia a que uno de los aspectos centrales del cristianismo es que la fe es "sobre todo confianza en la veracidad del testimonio de Jesús".

Y Valladolid es la ciudad donde Jesús ha mostrado "de manera singular su corazón", ya que su imagen bendice desde hace 100 años la vida de los vallisoletanos desde la torre de la Catedral.