El nuncio, Bernardito Auza, asegura que en el proceso sinodal "nadie puede sentirse al margen"

Durante la clausura del Foro Juan Pablo II ha enumerado las claves del Pontificado del Papa Francisco: "Misericordia, sinodalidad, fraternidad, cuidado de Casa Común y migraciones"

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Sara de la Torre

Publicado el - Actualizado

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Podemos definir el Pontificado de Francisco como el de la misericordia”. Así lo ha destacado el nuncio del Papa Francisco en España, Bernardito Auza, en la basílica de la Concepción de Nuestra Señora, donde ha clausurado este 14 de junio las sesiones del Foro San Juan Pablo II. Lo hará con una ponencia titulada El Papa Francisco. Un Papa para nuestro tiempo, en la que ha destacado la importancia de la misericordia en la figura del Pontífice argentino.

Auza ha recordado una de las primeras entrevistas del recién elegido Papa Francisco en la Civiltà Cattolica, “cuando el así mismo se reconoce pecador y por eso explica que su lema 'Miserando atque eligendo' ('Lo miró con misericordia y lo eligió'), ha marcado siempre su vida”.

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Y es que el nuncio ha destacado que en todo su ministerio, el Papa siempre destaca que “estamos viviendo el tiempo de la misericordia. Éste es el tiempo de la misericordia. Hay tanta necesidad hoy de misericordia, y es importante que los fieles laicos la vivan y la lleven a los diversos ambientes sociales. Por eso, ha expresado que “el próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente”.

Por eso, el nuncio ha invitado “a hacer presente la misericordia en la vida personal y en la historia de la comunidad de fe, como un don permanente del Señor con nosotros. Esta es nuestra misión, nosotros que la hemos recibido gratuitamente, tenemos que ofrecerla y compartirla con todos nuestros hermanos y hermanas”.

La sinodalidad

El Sínodo ha llamado a toda la comunidad católica a participar en este proceso: “Nadie puede sentirse al margen, estamos llamados a escuchar a todas las realidades”, ha destacado. Auza ha hecho referencia a la importancia que el Papa Francisco ha dado a la escucha con la convocatoria de este Sínodo, y ha valorado positivamente la asamblea sinodal que puso “punto y seguido” al proceso sinodal en España.

“Una gran experiencia de escucha y discernimiento que como expresó el secretario general Luis Argüello, tenemos que hacer juntos, caminando por sus sendas en la fe y en la esperanza; manifestemos a la sociedad española la alegría del Evangelio y ofrecer la caridad según la vocación en la que cada uno hemos sido llamados al servicio de la comunión y misión de la Iglesia y del bien de la humanidad”.

El nuncio ha insistido en que debemos ser un pueblo “que camine unido y brille, en este mundo dividido por las discordias, como signo profético de unidad y de paz”.

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La fraternidad

Por otro lado, el nuncio ha hecho un recorrido por los principales momentos del Pontificado de Francisco donde “ha mostrado su amor sin fronteras, su fraternidad que el Papa nos ofrece, ese amor a los hermanos”.

“Entre otros momentos, la históricsa firma del Documento sobre la Fraternidad Humana por la paz mundial y la convivencia común.Un documento "pensado con sinceridad y seriedad para que sea una declaración común de una voluntad buena y leal, de modo que invite a todas las personas que llevan en el corazón la fe en Dios y la fe en la fraternidad humana a unirse y a trabajar juntas, para que sea una guía para las nuevas generaciones hacia una cultura de respeto recíproco, en la comprensión de la inmensa gracia divina que hace hermanos a todos los seres humanos”.

De la misma forma, ha hecho mención al histórico viaje a Egipto, en abril de 2017, donde, durante la misa que ofició ante miles de fieles, rechazó el fanatismo religioso.

"El único extremismo que se permite a los creyentes es el de la caridad. Cualquier otro extremismo no viene de Dios y no le agrada", señaló el pontífice en El Cairo. La fe, señaló, "es la que nos lleva a difundir, a defender y a vivir la cultura del encuentro, del diálogo, del respeto y de la fraternidad".

Por último, no ha querido olvidar la encíclica Fratelli tutti, en la que el Papa destaca “la fraternidad y la amistad social como las vías indicadas para construir un mundo mejor, más justo y pacífico, con el compromiso de todos: Pueblo e instituciones. Reafirmado con fuerza el no a la guerra y la globalización de la indiferencia”.

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La ecología integral

“Tierra, techo y trabajo”. La responsabilidad en la Casa Común "y de las generaciones futuras, que están a punto de heredar un mundo en ruinas. Nuestros hijos y nietos no deberían tener que pagar el costo de la irresponsabilidad de nuestra generación”.

Por lo tanto, “hace falta valor para responder ‘a los gritos cada vez más angustiosos de la tierra y de sus pobres’”. Porque, tal y como ha explicado el nuncio, no tiene sentido obsesionarse con la protección de una especie animal o la lucha contra el cambio climático mientras se defiende el aborto o se apuesta por la eutanasia. Tampoco tiene sentido criticar las amenazas a la objeción de conciencia al tiempo que se mira para otro lado con los migrantes o la contaminación. “La vida, toda vida, es un regalo de Dios, igual que lo es la Casa Común”.

Refugiados y migrantes

Por último, como quinto elemento definitorio del Pontificado, el filipino ha destacado la preocupación del Santo Padre por construir el futuro con los inmigrantes y los refugiados. Algo que significa también “reconocer y valorar lo que cada uno de ellos puede aportar al proceso de construcción”.

Además, es la propia "historia" la que nos enseña " la aportación de los migrantes y refugiados ha sido fundamental para el crecimiento social y económico de nuestras sociedades".

Ciertamente, señala el Papa, "la presencia de los migrantes y refugiados representa un enorme reto", pero también es "una oportunidad de crecimiento cultural y espiritual para todos".

El llamamiento se dirige entonces a todos los creyentes, especialmente a los jóvenes: "Si queremos cooperar con nuestro Padre celestial en la construcción del futuro, hagámoslo junto con nuestros hermanos y hermanas migrantes y refugiados. ¡Construyámoslo hoy! Porque el futuro empieza hoy, y empieza por cada uno de nosotros ".