El nuncio Bernardito Auza impone a Francisco Prieto el palio arzobispal: "Es símbolo de comunión con el Papa"

También los arzobispos de Madrid, Valencia y Granada recibieron el palio bendecido por el Papa durante la Misa por la Festividad de Pedro y Pablo el pasado 29 de junio

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Redacción Religión

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Una vez elaborados, se colocan en un cofre de plata junto al sepulcro de san Pedro, en el llamado nicho de los palios, donde se custodian durante un año, por lo que se consideran reliquias de tercer grado, por contacto.

Seis cruces negras

La faja mide entre 4 y 6 centímetros de ancho y está adornada con seis cruces negras, que simbolizan las heridas de Cristo, y dos orlas de seda negra. También lleva tres alfileres por los tres clavos usados en la crucifixión de Jesucristo. En la solemnidad de san Pedro y san Pablo, durante la Eucaristía en la basílica de San Pedro, lo palios son portados por varios diáconos desde el sepulcro de San Pedro y son bendecidos por el Papa —«que quienes por tu don lleven estos palios se reconozcan como pastores de tu rebaño»—.

Los arzobispos nombrados durante el año, presentes en la basílica, pronuncian su juramento de fidelidad y obediencia a la Iglesia y al Papa. En definitiva, el palio representa la presencia de Cristo en el trabajo del arzobispo; es un ornamento litúrgico signo de comunión con el Santo Padre y de la misión del arzobispo de ser buen pastor.