El obispo Elizalde pide "una educación afectivo sexual que aleje a los jóvenes de la complicidad con la Trata"

"Dar voz y visibilizar": Esta es la apuesta del presidente de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad humana y responsable del departamento de Trata de Personas

Sara de la Torre

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Este área en la Iglesia española "sirve tambiénpara tomar conciencia de lo terrible de esta lacra, las víctimas”. Así lo explica el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, presidente de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad humana y responsable del departamento de Trata de Personas, que ha querido destacar que el lema de la jornada de este año, "Caminando por la dignidad", se convierte en "una invitación a seguir en camino, con un horizonte que nos estimula a no desfallecer ni volver la vista atrás, a mantener la esperanza, a cimentar nuestra acción en los valores, y que nos ofrece también un itinerario que inspira y orienta. Se trata de caminar por la dignidad de toda persona, especialmente aquellas cuya dignidad ha sido agredida, dañada, violentada".

Este 8 de febrero, día en el que la Iglesia celebra la Jornada mundial de oración y reflexión contra la Trata de personas, el prelado advierte que “no basta solo una legislación punitiva, hace falta una educación afectiva ysexual y una antropología adecuada, precisamente porque son cada vez más jóveneslos usuarios de los efectos de la trata y por lo tanto cómplices”.

Por ello ha animado a todos los agentes implicados en la lucha contra la trata de dar un paso más. “Es elmomento de afrontar con más perspectiva y horizonte este problema terrible”. El obispo reflexiona en su mensaje para esta Jornada que el principal objetivo de este tráfico son las mujeres y los niños y las personas que proceden de familias empobrecidas y con pequeños ingresos en las zonas rurales y urbanas marginadas. "Hay que dar voz y visibilizar -puntualiza- a las personas que están atrapadas, sin documentación, con unas deudas terribles para pagar, y cuyas familias están amenazadas en sus países de origen".

Según Naciones Unidas, más de 40 millones de personas son víctimas de la trata, de loscuales la mitad son menores de 18 años y sobre un 15% niños. La inmensa mayoría sonmujeres, de las cuales al 80% se las destina a la prostitución y el resto a explotaciónlaboral. En España cerca de 300.000 mujeres ejercen la prostitución llegadas deLatinoamérica, norte de África, Europa del este y Rusia

Alternativas dignas

Esta jornada "tiene que contribuir a crear una conciencia social de este problema. Cada vez, el consumo de prostitución es de gente más joven, por lo que hace falta una labor de educación afectiva y sexual en las familias y en centros académicos. No basta una legislación meramente punitiva". Ayuda a liberar a estas personas "una adecuada antropología en la educación de nuestros jóvenes, un voluntariado concienciado y la colaboración con las fuerzas de seguridad, con organizaciones políticas y entidades civiles en cada lugar".

Elizalde concluye este mensaje agradeciendo el trabajo y la generosidad de las miles y miles de personas que trabajan contra la trata desde la Iglesia, desde estamentos judiciales y policiales y desde las ONGs». Un trabajo que «acabará venciendo al mal y ofreciendo alternativas dignas a las víctimas».

¿Por qué celebra la Iglesia esta Jornada el 8 de febrero?

El papa Francisco convoca esta Jornada desde el año 2015 y eligió el día en el que se recuerda la memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, la religiosa sudanesa que padeció durante su vida los sufrimientos de la esclavitud.

En el Ángelus del 8 de febrero de 2015, el Papa manifestaba su deseo: «que cuantos tienen responsabilidades de gobierno tomen decisiones para remover las causas de esta vergonzosa plaga, plaga indigna de una sociedad civil. Que cada uno de nosotros se sienta comprometido a ser portavoz de estos hermanos y hermanas nuestros, humillados en su dignidad».