El obispo de Getafe exige una "calidad de los cuidados paliativos" ante la Ley de Eutanasia
Mons. Ginés García Beltrán ha manifestado que "parece una ironía que en este tiempo una ley venga a segar las vidas de los más débiles"
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El obispo de Getafe, Mons. Ginés García Beltrán, ha asegurado sobre la Ley de Eutanasia que "parece una ironía que en este tiempo en el que han muerto millares de ancianos en soledad, cuando la vida se ha hecho más vulnerable, una ley venga a segar las vidas de los más débiles".
Asimismo, ha manifestado que no es necesaria una Ley de Eutanasia "sino de calidad de los cuidados paliativos", ya que "nadie quiere morir" y eso "hace temer el hecho de sufrir, pero el sufrimiento se puede quitar con medidas médicas, y, sobre todo, con la cercanía y la verdadera compasión".
En una carta, titulada 'Nace la vida, por eso es Navidad', el obispo ha señalado que esta será una Navidad especial, "donde muchos hermanos van a vivirla con el dolor de la ausencia de los seres queridos muertos por el virus, o con la herida de la enfermedad padecida, mientras que otros mirarán al futuro con desconfianza por la falta de trabajo o por la precariedad del que tienen, por la lejanía de los suyos, o por la pobreza en su variedad de rostros".
Un ruido "en el silencio de esta Navidad"
A su juicio, "en el silencio y la paz de esta Navidad se ha introducido un ruido" que inquieta y preocupa, y que no se puede ni se debe callar, como es "la presumible aprobación en los próximos días de la Ley de la Eutanasia, a la que llaman eufemísticamente muerte digna".
"Qué contradicción, nace la vida y nosotros la seleccionamos y la descartamos según el criterio de la utilidad y de un más que cuestionable concepto de la calidad, pero el nacimiento del Señor nos recuerda que la vida del hombre es sagrada en todo estadio y condición, y no hay ningún poder humano que deba quitarla, ni amenazarla", ha subrayado.
Además, ha recordado que los obispos de España acaban de afirmar en una nota que "la muerte provocada no puede ser un atajo que permita ahorrar recursos humanos y económicos en los cuidados paliativos y el acompañamiento integral, ya que frente a la muerte como solución es preciso invertir en los cuidados y cercanía que todos necesitamos en la etapa final de esta vida".