En primera línea: la labor de los capellanes militares llevados a una exposición

El pasado mes de febrero se inauguró en el Instituto de Historia y Cultura Militar una exposición que tiene como protagonistas a los capellanes castrenses

Carlos de Arteaga

Publicado el - Actualizado

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Este domingo en el programa de TRECE 'Ecclesia' (domingos a las 13 h.) hemos conocido al protagonista de la exposición, el Pater Ángel Belinchón, un sacerdote castrense que sirvió en misiones en Afganistán y Bosnia-Hercegovina, entre otros países.

El Pater ha explicado al equipo de TRECE algunas de sus vivencias estando de misión: ha celebrado la eucaristía a escondidas mientras soldados enemigos les perseguían, ha tenido que consolar a compañeros que han perdido amigos en el campo de batalla y ha visto con sus propios ojos el horror de la guerra.

Sin embargo, el Pater Ángel asegura que ser sacerdote castrense es una vocación que le ha dado mucho. Tanto es así, que ha querido unir en una exposición el mundo castrense y su pasión por las bellas artes. Las obras expuestas se dividen entre objetos que los capellanes utilizaban en el campo de batalla (casullas, sagrarios improvisados, uniformes del cuerpo eclesiástico, etc.) con obras artísticas creadas por el mismo capellán con materiales que se iba encontrando en el campo de batalla.

El nombre 'Pater, entre la tierra y el cielo' hace referencia a la función que tienen los sacerdotes castrenses. "Ellos acompañan a los militares aquí en la tierra, pero con el objetivo de llevarles al cielo", explica Mónica Ruiz Bremón, la comisaria de la exposición.

Este proyecto pretende mostrar la importancia de la función de los capellanes castrenses, que en múltiples ocasiones han sido condecorados por su entrega, por su valor y por su honor, todo ello sin necesidad de empuñar un arma, tan solo la oración y la palabra.

El Pater Ángel define de esta manera tan poética su misión: "Me llevo en el corazón la alegría de coloquios, confesiones, confidencias que acrecientan mi misión sacerdotal; guardo como un tesoro las lágrimas y sonrisas, los miedos y entusiasmos, dudas y valores de nuestros militares. Es un orgullo ser capellán castrense, porque Dios nos regala momentos únicos que otros sacerdotes no pueden vivir". Toda una exposición que nadie debería perderse.

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