Salamanca arranca el inicio de curso impulsando la evangelización: "Hay que comunicar la alegría que vivimos"

La semana pasada Salamanca vivió este inicio de curso que a través de ponencias, mesas redondas y talleres trató de poner en movimiento a toda la comunidad diocesana

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Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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La semana pasada, la ciudad de Salamanca acogió su XIV Semana de Pastoral, un encuentro de inicio de curso que a través de ponencias, mesas redondas y talleres trató de poner en movimiento a toda la comunidad diocesana.

El obispo de la diócesis, José Luis Retana, recordó que la comunidad está en mano del Espíritu Santo: “Nos ponemos bajo su soplo para que esta semana sea una semana de gracia para todos”. El prelado invitó a transmitir “que la relación con el Señor ha cambiado nuestra vida”. El vicario de Pastoral, Policarpo Díaz, recordó que esta Semana de Pastoral llevaba dos años si poder celebrarse con su formato habitual debido a la pandemia de la covid-19, “unas jornadas que se han consolidado como ámbito de reflexión y escucha, de impulso evangelizador para desarrollar las propuestas de la asamblea y otras nuevas”.

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El sacerdote Rafael Blanco, delegado de Enseñanza, dirigió la primera de las ponencias y se centró en los problemas de la Iglesia de hoy que ya aparecieron en las primeras comunidades y cómo lo solucionarlos. El cura recordó que ya el papa Francisco hizo un diagnóstico “de cuáles son los problemas de los agentes pastorales del momento presente, incluso la pautas, sin duda inspiradas en la Sagrada Escritura“.

Rafael Blanco quiso acercar cómo la Sagrada Escritura puede ayudarnos a discernir la situación presente. Al inicio de su presentación, consideró que los cristianos del siglo XXI, “no tenemos una espiritualidad fuerte y vigorosa, y es muy fácil que nos puedan las dificultades, y que incluso, desatinemos a la hora de resolver los problemas”.

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Asimismo, durante la semana se organizaron ocho talleres para más de 200 personas: la exhortación Amoris Laetitia, la iniciación cristiana, el mundo rural, el cuidado de la casa común, el arte, la apuesta por la vida o los abusos, entre otros.

En la jornada del miércoles, la sesión tenía formato de mesa redonda con cuatro ponentes moderados por el periodista Miguel Navarro. Se repasaron varios procesos sinodales y el compromiso social en Salamanca: “Se trata un camino de renovación de nuestra diócesis, una experiencia viva, abierta, participativa e ilusionante” dijo Sánchez Granjel del grupo Ventanas@Dios que además ha considerado que la Asamblea diocesana, “fue una gracia grande de Dios, que mipulsó e iluminó el diálogo y trabajo de reflexión y discernimiento de los grupos”.

Entre las ponencias, destacar la de Carmen Calzada, directora de Cáritas diocesana de Salamanca, que habló sobre la historia del compromiso social en la ciudad: “Todos reconocemos que la acción social de la iglesia, con sus lagunas y sus incoherencias, a lo largo de su historia ha intentado estar allí donde la vida de las personas se juega, allí donde la palabra de Dios necesita hacerse presente”.

El jueves fue el día de dos expertos en diferentes ámbitos que venía de fuera de Salamanca: Cristina Inogés y Josetxo Vera. La primera reflexionó sobre el momento actual de la Iglesia en medio de la celebración sinodal: “Somos una Iglesia que ha perdido casi toda la credibilidad que tenía, y no hemos aprendido unos de otros”.

Tras recordar algunos puntos comunes de las síntesis finales del Sínodo, aseguró que falta creernos que podemos ser Iglesia de verdad, “en salida”, “pero seguimos con la mentalidad de campanario, pero no van a venir, los que se fueron, los que están dando vueltas no entrarán, tenemos que salir sin miedo”.

Por su parte, el director de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española, Josetxo Vera, se centró en cómo la comunicación puede mejorar la Iglesia, y advirtió que todos “estamos hechos para comunicar”, y la imagen de la Iglesia depende de todos. Y a la hora de hablar de la reputación, advirtió que la confianza, “es una expresión de la reputación”. Y para ganar confianza hay que cuidar la identidad, la misión, la cultura y la imagen, entre otros aspectos. “Es muy eficaz sonréir y la amabilidad, ser lo que eres, no puede haber distancia entre lo que somos y lo que parecemos”, alertó. Y es vital conocer la Iglesia, “contada por la Iglesia”.

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