'Salve Rociera' o 'Entre dos aguas': el flamenco, un aliado para personas con trastornos mentales

Deleitarse con la Salve Rociera del poeta Manuel Pareja-Obregón o con la rumba flamenca 'Entre dos aguas' de Paco de Lucía es un regalo para los oídos. Pero eso lo sabemos desde hace décadas. También está demostrado que la música es beneficiosa para personas con enfermedades trastornos de salud mental.

Por ello AISS (Asociación de Iniciativas Sociales Para Enfermos Mentales) organizó el pasado 15 de diciembre un evento en uno de sus pisos tutelados donde conviven personas con enfermedades mental, para ser testigos de cómo los propios pacientes reaccionaban a diferentes estímulos musicales.

El bailaor malagueño Cristian Almodóvar amenizó la celebración al ritmo de grandes clásicos como 'Verde que te quiero verde', mientras otro grupo artístico interpretó con su guitarra y violín algunos tangos.

El psiquiatra de la infancia y adolescencia, Jorge Vidal, que estuvo presente en el acto que tuvo lugar en la madrileña calle Lagasca, ha destacado que “la música es un elemento que para pacientes que tienen problemas de salud mental graves puede facilitar mucho su integración con otras personas y un vehículo para expresar emociones”.

En este sentido, el psiquiatra ha aseverado que escuchando música o acudiendo a espectáculos se estimula la creatividad, lo que permite mejorar “las habilidades de los pacientes a la hora de hacer tareas de la vida cotidiana. Por ejemplo se asocia la capacidad de tocar el piano con mayores habilidades de organización, de planificación del comportamiento, además de trabajar la paciencia o la tolerancia a la frustración, que son elementos positivos”.

Por su parte el bailaor Cristian Almodóvar ha reivindicado el flamenco como vehículo para llegar a lo más hondo de las personas, por encima de las palabras: “Es música con fuerza y energía y es importante en la salud mental porque fortalece la memoria. Además, fortalece la masa muscular, porque el flamenco hace que nuestro cuerpo esté alerta”, ha explicado.

Asimismo la fundadora de la asociación AISS, Ana Villota, ha precisado que tras treinta años dedicada a las personas con trastornos de enfermedad mental, comprobó “que el arte es una de las grandes herrmaientas que tenemos para llegar a las emociones de las personas. Es un método de autoconocimiento personal y de conocimiento. Creo que solo a través del arte podemos llegar a una parte de nuestro rinconcito que con terapias convencionales tardaríamos más tiempo”, ha expresado.

Sobre la acogida que este evento ha tenido entre los inquilinos de estos pisos tutelados, Villota ha agregado que “les encanta porque hace protagonista a personas con un estigma social tan grande, aisladas, que no son bien miradas simplemente por tener una enfermedad mental”, ha advertido.