Santa María del Silencio: una parroquia madrileña para sordos y muy sinodal

Ana Medina presenta en ECCLESIA el trabajo que desarrolla esta comunidad para prestar servicio pastoral a las personas sordas y sordociegas de Madrid

Ana Medina

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La parroquia Santa María del Silencio, en Madrid, es la protagonista de la historia inspiradora que Ana Medina presenta a Irene Pozo en el programa Ecclesia este sábado. Esta comunidad presta servicio pastoral a las personas sordas y sordociegas de la capital de España.

Se trata de una comunidad inspiradora, una parroquia que merece que nos fijemos en ella. Está en Madrid, pero no es una parroquia geográfica, sino que atiende a unas 15.000 personas de toda la diócesis que tienen una característica en común: son sordas o sordociegas. La parroquia se llama Santa María del Silencio y cuenta con el compromiso de su párroco, pero también de diáconos, laicos: una comunidad sinodal.

En plató han estado Iñaki Gallego e Inmaculada Marín, sorda de nacimiento y feligresa de la parroquia, que colabora en Cáritas y en Liturgia. Le hace de intérprete Antonio Meléndez, también miembro de la feligresía.

«Es una parroquia como todas, nos enfadamos, nos reímos, rezamos juntos, comemos, celebramos, lo bueno es que todo es con la Lengua de Signos», cuenta Ignacio. «Sin Lengua de Signos no entiendes, y así hacemos, con el esfuerzo de todos, que todo sea accesible para todos», dice Inmaculada. Ante la invitación del Papa a ser comunidades sinodales, que caminan juntos, añade que «yo la vivo. Hace falta intérpretes que ayuden a sordos y sordociegos para nos ayuden a todos a comprender lo que estamos viviendo, así como párrocos que entiendan esta Lengua». Entre las actividades que ofrece la parroquia, está el enseñar, por ejemplo, Lengua de Signos a quienes quieran aprenderlo, oyentes o no, para mejorar la inclusión de personas sin importar sus capacidades.

En mayo, esta parroquia cumple 50 años de vida al servicio de esta comunidad específica. Entre las actividades, el Papa Francisco ha concedido un año jubilar que empieza el 27 de mayo con una Eucaristía presidida por el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, en esta parroquia.

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