El secreto mejor guardado de John Wayne que desvelamos cuando se cumplen 113 años de su nacimiento

Uno de los grandes actores que ha dado la historia del Séptimo Arte, John Wayne, habría cumplido este martes, 27 de mayo, 113 años. Dentro de pocos días, el 11 de junio, se cumplirán 41 años del fallecimiento del rey del género Western víctima de un cáncer, que muchos atribuyen a la radiación a la que se había expuesto durante el rodaje de unas de sus producciones más célebres, 'El conquistador de Mongolia', en 1956.

Y es que el film se rodó en el desierto de Utah, en las proximidades de un campo de pruebas nuclares. No es casualidad que unas 40 personas del equipo de rodaje fallecieran por tumores similares.

Su vida privada fue un tanto caótica, como el de tantas estrellas de Hollywood. No en vano se casó hasta en tres ocasiones. La primera de ellas era de origen español, Josephine Alicia Sáenz. Cuando murió, su pareja era la peruana Pilar Pallete. Políticamente era afín al Partido Republicano. Incluso le ofrecieron ser candidato a la presidencia del país en los comicios de 1968. Un regalo envenenado que rechazó. Su mejor amigo en este ámbito fue Ronald Reagan.

La relación de John Wayne con Dios

Su carisma en la gran pantalla le convirtió en leyenda y ganador de un Oscar al Mejor Actor ya al final de su trayectoria, por su papel en la película 'True Grit'. Como no puede ser de otra manera, todos le recordarán por las más de 170 películas en las que trabajó pero, lo que quizás menos sepan es que estuvo muy ligado a la Fe.

John Wayne se crió en una familia presbiteriana de origen escocés. Fue en aquellos primeros años de existencia cuando el futuro actor frecuentaría más la iglesia y cultivó más su relación con Dios. Pero como decimos, John pronto se desvió de aquel camino, optando por una vida de lujo y desordenada que propició su lanzamiento al estrellato a través del cine. Se casó en tres ocaciones (sin contar las amantes) y su adicción al alcohol era también muy comentado en la época.

Pese a todo, la fe estuvo presente en su vida, a través de sus esposas o sus siete hijos, que estudiaron en escuelas de inspiración cristiana. Incluso su amistad con uno de los mejores directores de la historia del cine, John Ford, le influyó en su fe.

El final de sus días

Con el paso de los años y entre éxito y éxito, John Wayne se fue haciendo mayor. Cuando aún no había cumplido los sesenta años, le detectaron un cáncer de pulmón, que a la postre le costó la muerte, ya en 1979. Casi quince años de batalla contra el tumor que hizo que el rey del Western pasara a ser visto como el prototipo de hombre rudo y viril a un hombre débil y más sensible.

Fue entonces cuando volvió a abrazar la fe. Incluso uno de sus nietos, confesó en una ocasión que antes de morir, Wayne se arrepintió de no haberse convertido antes al catolicismo. De hecho, fue en sus últimos tiempos cuando se lanzó a escribir cartas de amor a Dios que convirtió en oraciones de gran profundidad.