Sobrevivir dos veces al cáncer con la ayuda de Dios: "La Virgen te espera con su ensayo clínico”

Sergio Rodríguez Cuadrado ha experimentado en dos ocasiones el cáncer. Tras dos recuperaciones milagrosas, ha salido adelante con el apoyo de la fe y su familia

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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En Semana Santa, la Pasión de Cristo lleva al inevitable recuerdo de muchas personas que afrontan en estos momentos de su vida situaciones difíciles. Es el camino de la cruz de cada día, como la que Sergio Rodríguez Cuadrado ha experimentado en dos ocasiones el cáncer.

Sergio tenía 28 años, acababa de casarse y ya tenía una hija de dos meses cuando fue diagnosticado con un tipo de linfoma poco común, de pronóstico muy desfavorable. Sobrevivió milagrosamente, pero trece años después, ya padre de cinco hijos, vuelve a tener la visita del cáncer.

“La primera vez se te viene el mundo a los pies, se me cayeron dos lágrimas en el momento en el que me lo dijeron, que estaba en la habitación con mi mujer y piensas en lo peor con la palabra cáncer y encima el que tenía era más complicado. Se hace muy duro sobre todo en el primer momento”, cuenta en 'ECCLESIA al día'

Una recuperación milagrosa: “Tenía los dos pulmones encharcados”

Sergio y su familia viven de manera activa su fe, lo cual le ayudó a asumir la noticia en lugar de rebelarse contra Dios por este revés que le propinaba el destino: “Nos pusimos en manos de Dios y de los médicos, rezando, apoyándote en la familia. No sentí rabia contra Dios y es uno de los milagros de mi proceso, que tuviera paz para vivirlo con tranquilidad. No me rebelé diciendo que por qué me tiene que tocar esto”.

Un 5 de diciembre Sergio ingresó en el hospital. Su estado de salud se fue deteriorando hasta que el día 22 los médicos aconsejaron a la familia despedirse de él, ya que no sobreviviría a aquella noche. Pero desde ese momento, de manera milagrosa, se va recuperando: “Tenía los dos pulmones encharcados, no comía ni bebía. Pero ese día no me muero ni al día siguiente. Estaba tumbado en la cama y el día 24 mi mujer se marcha al mediodía para recoger a mi hija de dos meses, y cuando regresa por la tarde me encuentra en la cama incorporado y hablando”.

Sergio recae de su enfermedad y le dan seis meses de vida: “Lo más duro era dejar a mis hijos”

Días más tarde Sergio fue consciente de que su curación no era normal. Años más tarde el cáncer vuelve a su vida: “Se te hace más dura porque pasan trece años, tengo cuatro hijos más, y sabes a lo que te vas a enfrentar. Piensas que curarse una vez es un milagro pero dos imposible, es demasiado”, recuerda Sergio.

Lo más duro no era pensar en la muerte, sino en tener que dejar a sus hijos pequeños. Aquello golpea sus esperanzas de manera casi definitiva, aunque la fe es difícil de vencer, como también lo es la esperanza. Le dieron seis meses de vida: “Me dieron quimio, me hicieron autotrasplante pero fue un desastre”.

De aquello hace ya seis años y Sergio acaba de publicar su experiencia con la enfermedad en un libro: 'Una segunda oportunidad. Testimonio de fe ante la enfermedad' (Edit. Palabra), donde cuenta cómo Dios le sigue regalando una segunda oportunidad: “Una monja amiga nuestra rezó para que yo escribiese y al final lo hice. Pretendo simplemente ayudar y transmitir lo que he recibido en este proceso, los detalles del amor de Dios, no haberme sentido solo. El Señor me ha dado otra sensibilidad, sufro por los que sufren que antes no era así, y vivir con agradecimiento”, ha relatado.

“Con el primer linfoma ya se ve la vida de otra manera, la perspectiva cambia, tienes otras prioridades, como que el éxito profesional que quería pasa a un segundo plano. Cuando te vas a morir el dinero no te lo llevas a ningún lado. Este tiempo he vivido acompañado de mi familia, de amigos, de la gente de mi parroquia que rezaba un montón por mí y me han sostenido con su oración.

“La Virgen te está esperando con su ensayo clínico”

En este proceso, entre las personas que han estado acompañando su fragilidad y la impotencia de su familia se encuentra Braulio Cuenca, párroco de San Isidro en Madrid, quien conecta con el programa 'Ecclesia al día' para contar cómo conoció a Sergio y los momentos que atesora en su corazón de todo este tiempo marcado por el linfoma.

“Lo viví confiado en el Señor”, aunque reconoce que recaer de un cáncer no pensaba en un segundo milagro: “Pero Sergio es 'cansinete' y Dios le dio otro milagro”, cuenta en tono de broma.

Para el sacerdote, el momento más especial fue el viaje a Lourdes para ponerse en manos del Señor y la Virgen para superar su enfermedad y sufrimiento: “Fue un fin de semana rezando”, evoca.

El proceso de Sergio le ha enseñado mucho a Braulio Cuenca, como que no existen barreras para Dios: “Cuando el Señor ha hecho esta obra es un poco para dar testimonio a este mundo incrédulo”.

Para Sergio, su párroco y amigo fue un consuelo enorme en situaciones en las que necesitaba acercarse a Dios. También hubo momento de anécdotas durante el proceso, como la vivida en el santuario francés entre el presbítero y el protagonista de la historia, una vez que los médicos le comunicaron a Sergio que le quedaban seis meses de vida: “Braulio me dijo, pero tonto, que la Virgen te está esperando con su ensayo clínico”, cuenta con una sonrisa.

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