El último grupo de obispos realizan la visita 'ad limina' con la ausencia de Carlos Osoro por covid-19
Los obispos de las provincias eclesiásticas de Toledo, Madrid, Valladolid y el Arzobispado Castrense viajan a Roma: aún se desconoce la fecha del encuentro con el Papa
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Desde este lunes y hasta el 29 de enero tiene lugar la visita 'ad limina' a Roma del cuarto y último grupo de obispos españoles pertenecientes a las provincias eclesiásticas de Toledo, Madrid, Valladolid y el Arzobispado Castrense.
Como ha sucedido en las tres tandas anteriores, el momento más importante de la visita será el encuentro con el Papa Francisco, cuyo día exacto aún se desconoce, aunque en la semanas anteriores tuvieron lugar los viernes.
Asimismo, será una semana en la que este grupo de prelados mantendrá reuniones de trabajo con los diferentes dicasterios de la Curia. También celebrarán Misas en las cuatro basílicas romanas: San Pedro, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros.
Este grupo de obispos contará con una ausencia importante, la del arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, que ha dado positivo de covid-19 en una prueba PCR.
Aunque se encuentra bien y sin síntomas, el purpurado permanece aislado en su domicilio siguiendo las recomendaciones médicas. En su cuenta de Twitter, el mismo arzobispo de Madrid ha asegurado que está bien y reza "especialmente por aquellos a los que sigue golpeando con fuerza la pandemia”
Sí acudirán a Roma los obispos auxiliares Juan Antonio Martínez Camino, José Cobo y Jesús Vidal, además del obispo electo de Calahorra y La Calzada-Logroño, Santos Montoya.
Los anteriores grupos de obispos que han sido recibidos por el Papa Francisco en el marco de la visita 'ad limina apostolorum', han mostrado su alegría por el encuentro con el Santo Padre: “La verdad es que estábamos con cierto temor de no llegar por las circunstancias de la covid-19. Algunos decían que habían soñado que estaba enfermo y que no podía ir pasando una noche malísima”, manifestaba el pasado viernes, en tono jocoso, el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca. Agregaba que fue “un regalo muy grande. Nos ha acogido como un padre, con actitud de acogida y benevolencia”.