Así celebran las siete Hermanas de la Cruz en Roma la fiesta de su fundadora: "No les podemos dejar solos"
Las monjas de la orden fundada por Sor Ángela de la Cruz no descansan tampoco en un día de fiesta. Continúan, incansables, su labor misionera.
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Hoy las siete Hermanas de la Cruz en Roma celebran la fiesta de su fundadora, Santa Ángela de la Cruz. Y lo hacen como si fuera un día normal: continuando incansables su labor misionera visitando a ancianos y enfermos.
La corresponsal de Cope en Roma, Eva Fernández, nos cuenta a Aleluya que se acercó a la casa de las Hermanas de la Cruz para darle un poco de comida para la fiesta. “Le pillé justo cuando salían de casa para atender a los enfermos” nos dice Eva. Tampoco en un día de fiesta como este las Hermanas deciden descansar: “¿Que qué haremos hoy?... Pues ir a dar de comer y a limpiar a nuestros enfermos. No les podemos dejar solos” dicen las Hermanas.
Eva nos cuenta que normalmente las Hermanas van de dos en dos para atender a ancianos y enfermos. "Normalmente estas personas no suelen tener ningún familiar ni tampoco alguien que los pueda cuidar. Las Hermanas se ocupan de prácticamente todo. Las religiosas les ayudan con la compra de alimentos, los limpian, les hacen tareas del hogar, les dan compañía" nos cuenta Eva.
El trabajo incansable de las Hermanas de la Cruz en Roma
Eva Fernández, corresponsal de Cope en Roma, nos cuenta que “ayer les llevaron un colchón y una sabana nueva a una familia que está destrozada: son 3 hijos con problemas mentales y que han perdido la madre. Consiguieron además encontrar un fontanero que les ayudó para arreglar una avería que estaba rota desde hace muchos años".
Las Hermanas de la Cruz han salido todos los días durante el primer confinamiento en primavera y ninguna se ha contagiado por coronavirus. En Roma son 7 religiosas, pero 2 de ellas se encontraban en Sevilla durante el primer confinamiento. Ahora han vuelto a ser las 7 y no paran de ayudar a los más necesitados. Eva nos cuenta que normalmente “500 familias acuden a recoger paquetes de comida que ellas mismas van preparando”.
Además, las religiosas son muy conscientes de que la labor social debe estar acompañada de una intensa vida espiritual. Las visitas a ancianos y enfermos se alternan con momentos de oración y meditación. Ahora, además, rezan tres Rosarios al día para pedir por el fin de la epidemia. Hoy van a celebrar a su santa yendo a visitar los enfermos como todos los días.
El Instituto de las Hermanas de la Compañía de la Cruz
El Instituto de las Hermanas de la Compañía de la Cruz se funda en el año 1875 de mano de Santa Ángela de la Cruz. Nacida en Sevilla, España, abandonó la escuela para trabajar en un taller de zapatería, pero en 1871 prometió al Señor vivir bajo los preceptos del Evangelio. De profunda vida espiritual, tuvo la experiencia de contemplar la Cruz de Cristo y, frente a ella, una cruz vacía. Entonces descubrió que Dios le pedía inmolarse junto a Cristo por la salvación de las almas.
El lema de las Hermanas de la Cruz, “Haciéndose pobre con el pobre para llevarlo a Cristo” contiene todo el significado de su carisma: despreció toda gloria humana y siempre buscó la total humillación al servicio de los despojados, de los ancianos, de los pobres, en definitiva, de los últimos de la sociedad. Falleció en Sevilla el 2 de marzo de 1932 y fue canonizada por San Juan Pablo II el 4 de mayo de 2003.