Conoce el proyecto del colegio diocesano que se acerca a la realidad de los cristianos perseguidos
Desde la CEE rezan para que los que se encuentran en situación de marginalidad sean siempre respetados en su dignidad y puedan salir de esas situaciones injustas
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Todos los años, en Adviento y Navidad, el colegio diocesano Virgen de la Caridad Illescas, en Toledo, realiza alguna actividad de ayuda solidaria con los hermanos más necesitados. ‘Aleluya’ ha contactado con el coordinador pastoral del colegio, Mariano Navarro.
En el 2019 realizaron un proyecto de Adviento, pero este año, debido a la pandemia, lo han tenido muy complicado. “Esperamos poder volver a hacer otra actividad en formato exposición. Algo que estaba planeado, pero que la pandemia ha impedido realizar”, ha explicado Mariano.
El lema pastoral fue ‘Haced lo que Él os diga’, “invitaba a tener presente la urgente necesidad de la Palabra de Dios que tienen los pueblos, para que ellos gocen de lo que nosotros podemos experimentar habitualmente en nuestros Oratorios”, ha aclarado el coordinador. En ese contexto, lo que hicieron fue conseguir que los niños que vivieran en zonas donde hay persecución pudieran también tener la Palabra de Dios.
Uno de los temas que nunca habían tratado era la sensibilidad y la concienciación de los cristianos que están perseguidos. Mariano Navarro siempre ha colaborado con ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’ (AIN), por lo que se puso manos a la obra. Habló con ellos para realizar una actividad y conseguir Biblias para los niños.
Inmediatamente contactaron con AIN para llevar a cabo este proyecto. “Lo primero era recrear un espacio en el que pudiésemos experimentar en vivo la situación de esos cristianos –adultos, jóvenes o niños- que viven su fe en la marginación, quizá en medio del odio o el recelo, y bajo el riesgo continuo”, ha manifestado el coordinador pastoral.
Mariano Navarro ha explicado que dentro de las actividades que realizan intentan seguir los objetivos diocesanos. En este proyecto el objetivo “estaba vinculado a la Palabra de Dios, que nosotros sí la tenemos, pero hay muchos niños y personas con esta situación que no la tienen. Era un elemento sobre todo de solidaridad”, ha afirmado Navarro.
El rincón de la Iglesia perseguida
Por lo tanto, crearon 'El rincón de la Iglesia perseguida’. En la subida a la capilla del colegio, en un pequeño rincón bajo la escalera recrearon una especie de pequeña catacumba, donde “entre lo que podían ser los restos de una pequeña iglesia destruida, se mostraba un Cristo caído, y una imagen dañada de la Virgen”, ha subrayado Mariano.
En la visita pudieron escuchar testimonios reales de cristianos valientes, recogidos de diferentes países. Además, ha explicado que realizaron la actividad bajo una luz tenue y rodeados de esos datos en carteles que contenían cifras y mapas de países y la dolorosa situación de sus iglesias.
En la actividad pusieron un gran panel blanco en la pared donde los estudiantes podían expresar lo que habían sentido al escuchar los testimonios. “Para ellos era una cosa totalmente desconocida. Siempre se piensa en personas que necesitan comida o que han tenido que emigrar, pero desconocían lo que significaba que solo por el hecho de ser cristiano te pueden marginar, encarcelar o hasta asesinar a tus familiares”, ha recalcado Navarro.
Esta experiencia la realizaron desde los más pequeños hasta los mayores del colegio. “Fue muy impactante porque escuchaban testimonios de personas y cómo lo estaban pasando solo por su fe cristiana. Además, a pesar de todo se mantenían en el cristianismo”, ha subrayado Mariano.
Para el proyecto de AIN “Un niño, una Biblia” colocaron una pequeña caja para depositar su ayuda destinada a la compra de las Biblias infantiles. Consiguieron una cantidad generosa: “Cada Biblia costaba prácticamente cuatro euros y conseguimos 800 euros para 200 biblias”, ha apuntado el coordinador.
“La finalidad era el apoyo concreto de los que no sabían que otros niños o jóvenes de Europa los amaban, estaban con ellos y les ofrecían compartir lo mejor: la Palabra de Dios”, ha concluido Mariano Navarro.