¿Sabías que un pueblo de Burgos es conocido como 'el pequeño Vaticano español'? Descubre el particular motivo

En la comarca de Arlanzón, en la provincia de Burgos, se encuentra un municipio de apenas sesenta personas censadas, aunque el número de residentes no supera las quince en invierno: se trata de Hornillos del Camino. Su particularidad es que buena parte de sus habitantes son sacerdotes o monjas.

No en vano, este pueblo rural es conocido como ‘el pequeño Vaticano español’. Javier Escartín ha estado en la localidad para contar a los espectadores de ‘Diario de un peregrino’ las historias de Hornillos del Camino con su alcalde, Pedro Mayor.

“Recibe el nombre de ‘pequeño Vaticano’ porque hace sesenta o setenta años, de las 300 o 400 personas que había en el pueblo había unos sesenta religiosos. Somos el pueblo con más curas por habitante de España. Supongo que esto se debe al Camino de Santiago”, explica el edil. En el caso de Pedro Mayor, cuenta con un tío fraile capuchino en Venezuela y una tía monja en Madrid, perteneciente a ‘Las damas negras’.

José Antonio no optó por apuntarse de chaval, pero confiesa que se arrepiente un poco: “Hubiera estudiado algo. Me dedico al campo desde siempre, que es más duro. Ahora con los tractores y las cosechadoras un poco menos”.

Para el alcalde del municipio burgalés, esto se debe “a que con el Camino de Santiago la gente de la época encontraba su espiritualidad, o quizás fueron a buscar los estudios en tiempos con menos recursos económicos y encontraban aquí su vocación”.

Además de rezar, el pueblo económicamente vive del campo. Hasta hace apenas dos décadas, Hornillos del Camino tan solo contaba con un albergue municipal, por imposición de la Junta de Castilla y León. Con el paso de los años, se van abriendo nuevos negocios.

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Diario de un peregrino: 13ª etapa, Burgos - Hornillos del Camino

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Como sucede a tantos pueblos rurales de nuestro país, la despoblación es el principal enemigo. Hornillos no es una excepción, aunque, como explica su edil, tratan de capear el temporal como pueden. Por ejemplo, gracias a la iniciativa de ‘Workaway’, con el que se ofrece trabajo a personas extranjeras, y está dando sus frutos.

“Ha venido una irlandesa a coger un restaurante y se ha empadronado aquí con sus hijos y su marido. Tenemos un cocinero coreano, dos venezolanos… todos ellos en el restaurante. Esto nos aumenta un poco el censo, pero los más mayores van muriendo”.

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