Almeida visita el centro centenario de los Salesianos en Madrid: "Sois parte de la memoria de la ciudad"
El colegio San Juan Bautista cumple 100 años siendo "punto de encuentro, de acogida cariñosa, de alegre conversación. Todo por los jóvenes"

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Madrid - Publicado el - Actualizado
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“Un centro que forma parte de la memoria no solo de los tetuaneros, sino de los madrileños”. Así definió el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, el colegio San Juan Bautista, centro escolar de la congregación de los Salesianos, ubicado en el madrileño barrio de Tetuán, con motivo de la celebración de su centenario.
Durante la visita, además de recorrer las instalaciones, Almeida tuvo la oportunidad de conocer la historia del colegio a través del relato contado por los propios alumnos y ha descubierto una placa conmemorativa por los 100 años de historia del centro.

"Una joya de la ciudad"
El edil quiso destacar también que desde el punto de vista arquitectónico “es una joya de la ciudad” y cuenta con la segunda cúpula más alta de Madrid. El colegio, conocido como "Salesianos de Estrecho", ubicado en la calle de Francos Rodríguez, nació en el año 1922 en el edificio anexo a la iglesia de San Francisco de Sales y, en un principio, las instalaciones fueron conocidas como Escuelas Populares Salesianas. Actualmente, el centro cuenta con 1.300 alumnos y abarca todas las etapas de enseñanza obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional y tres ciclos de grado medio.
La misión salesiana
Desde el centro aseguran que con los actos de este centenario quieren hacer “memoria agradecida de tantos que nos han precedido trabajando por los jóvenes y las clases populares de nuestro barrio: antiguos alumnos, bienhechores, animadores, educadores, salesianos cooperadores, tantos y tantos amigos de Don Bosco...”.

Una historia en la que hay muchos protagonistas “que han seguido trabajando generosamente por la misión salesiana. De muchos de ellos el paso de los años ha borrado su memoria, pero sus nombres están escritos para siempre en el cielo, en el corazón de Dios, esculpidos en el alma de tantas personas”.
Después de cien años “queremos seguir siendo a imagen de san Juan Bosco” personas de encuentro, de acogida cariñosa, de alegre conversación. “No basta amar a los jóvenes”, explican, “es preciso que se sientan amados”.