Argüello invita a una lectura sosegada de la encíclica 'Fratelli tutti' para evitar que sea instrumentalizada
La Fundación Pablo VI ha acogido la presentación del nuevo documento del Papa con un diálogo entre el Secretario General de la CEE y el rector de la Universidad de Comillas
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La Fundación Pablo VI ha acogido un interesante diálogo entre el Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello, y el rector de la Universidad Pontificia de Comillas, Julio Luis Martínez, que ha servido para presentar la nueva encíclica del Papa Francisco, 'Fratelli tutti', firmado por el Santo Padre el pasado 3 de octubre en la localidad italiana de Asís.
Para el obispo auxiliar de Valladolid, la encíclica forma parte de una larga tradición, como es la Doctrina Social de la Iglesia, que se va generando así misma en un proceso de fidelidad al Evangelio, teniendo en cuenta la particularidad de cada momento de la Historia: “Es un despliegue al que llega el Papa Francisco y nos plantea un sueño, 'Soñar lo posible'. El Papa avisa que además de sueños hay pesadillas. Un mundo cerrado y oscuro que, en la palabra del Buen Samaritano, busca renovar un compromiso por el bien común.
El portavoz de la CEE remarca la importancia de reconocer la diferencia que realiza el Santo Padre entre la propuesta antropológica de una sociedad que se repliega sobre los intereses del grupo, y una antropología relacional: “El Papa descubre que somos un pueblo en constante construcción. Nos propone una amistad social. Construir puentes. Incluso nos plantea gestos sorprendentes, porque habla de la política combinada con la ternura. ¿De dónde surge la fraternidad? Francisco en la encíclica lo responde, diciendo que tenemos la misma carne, habitamos la misma casa, y además los creyentes tenemos un mismo Padre", subraya.
Mons. Argüello ha recordado por otro lado, que la fraternidad surge del propio Evangelio, “no es un invento de la Ilustración, sino que tiene raíces profundas en el Evangelio, en la tradición bíblica y el pensamiento social cristiano”.
Línea en la que ha ido el rector de la Universidad Pontificia de Comillas, Julio Luis Martínez, quien sostiene que la amistad cívica es una forma de fraternidad: “Hacernos sentir que estamos en el mismo barco, que tenemos que ayudarnos unos a otros. La pandemia ha intensificado esta necesidad, porque nos hace sentir vulnerables. Que nos podemos contagiar y enfermar, asi como nuestros seres queridos. Esta encíclica responde a una necesidad, y toca todos los aspectos que importan en el mundo de la política, de la economía, el derecho...”
“La globalización también la gestionan las mafias”
El Secretario General de la CEE ha ahondado en otro de los aspectos de la encíclica 'Fratelli tuttí', concretamente en la que el Pontífice apela a la amistad social y a la fraternidad: “Nos dice que en nuestra convivencia, en la que se llama a la amistad social, hay también un amor solo movido por los intereses, o los mafiosos. Hay un don recibido de construir amistad y salir al paso de la indiferencia, de la explotación de mafiosos y salir al paso de buscar nuestros propios intereses. Yo creo que el Papa nos dice ojo, que la globalización también la gestionan las mafias, ojo que puede gestionarse solo por grupos de interés, pero desde ahí nos pide romper los círculos para que generemos amistad y fraternidad, porque está enraizado en lo más profundo de nuestro corazón".
Unir mercado, estado y sociedad civil
El rector de la Universidad Pontificia de Comillas ha señalado que en el documento pontificio, el Papa considera que la política es una vocación del servicio a la sociedad, y que además es una actividad imprescindible, al igual que la economía.
“Quien crea que el Papa está en contra de los empresarios o del capitalismo en el sentido de la creación de riqueza, se equivoca. Lo que establece es que tiene que ambas tenen que estar al servicio de las personas y de los pueblos. De crear Humanidad para que las personas nos desarrollemos. La política no se puede subordinar a la economía. Tiene que ser una política del bien común y que no deje que solo el mercado sea quienes dicten las resoluciones".
Una idea que ha secundado Mons. Luis Argüello, quien asegura que uno de los principales retos que plantea la encíclica es "adecuar la economía y la política con la conversión personal. De lo contrario,como dice Francisco, esto puede parecer un sueño ilusorio, un eslogan de campaña. Propone gestar una nueva forma de organizar la economía, incluso más allá de lo que entendemospor capitalismo. Mercado, estado y sociedad civil deben intervenir. Ninguno puede solo. Es importante articular esa amistad civil y fraternidad que interviene en el mercado”.
“La crítica de Francisco a un individualismo interesado”
A juicio del portavoz de los obispos, el Santo Padre critica “un individualismo en el cual, cada uno busca sus propios intereses”. Algunos sectores han criticado al Pontífice por ello de haber publicado un documento de talante populista.
Un hecho del que discrepa Julio Luis Martínez: “"Hay un punto en el que el Papa dice que lo popular es potenciar las cualidades y los talentos que Dios ha dado a todos los seres humanos. Hay un populismo irresponsable con el que el Papa no participa. Un populismo ideológico que busca manipular al pueblo y sacar intereses de unos cuantos, que saquen tajada del asunto. A ello se opone. Hay un populismo insano, cuando se convierte en la habilidad de alguien para instrumentalizar al pueblo, y un populismo que hace que se pueda desarrollar una antropología que se critique al liberalismo. Es importante decir que el Papa no es contrario al liberalismo como la separación de poderes, un Estado de Derecho o la justicia. Invoca para que se cumplan los acuerdos y derechos internacionales. El derecho internacional hay que cumplirlo".
La cultura del reencuentro
Sobre el aspecto de la encíclica en la que Francisco hace alusión a la cultura del reencuentro, la inmigración o el papel de las religiones al servicio de la humanidad, Mons. Argüello considera que "sobre esta encíclica destaca el diálogo y la fraternidad con el mundo musulmán para lograr el respeto entre las culturas, pero siendo conscientes de la realidad violenta que denuncia el Papa por motivos religiosos. La encíclica temina con un llamamiento, que es no hacer nunca de Dios el argumento o la razón para la violencia. Si se hace así, se hace manipulación de sus palabras”, apunta el portavoz de la CEE.
El consejo de Don Luis Argüello a quienes han criticado la encíclica
Desde diferentes sectores, generalmente ultraconservadores, han criticado diferentes aspectos de una encíclica que, por contra, algunos grupos de izquierda han tratado de apropiarse y tergiversar el mensaje. Tanto a unos como a otros, Mons. Argüello invita a hacer una lectura sosegada del documento pontificio.
Es malo hacer una lectura de titulares. Estos textos piden entrar en ellos, estudiarlos, ver el tipo de propuesta que se hace. Por ejemplo, la pandemia tira de la manta y pone de manifiesto cosas que estaban delante y no nos dábamos cuenta. Hace falta una nueva política. Algunos partidos han sido paladines de la nueva política, pero el Papa nos pide hacer una mejor política. No bastan estados de alarma, sino la colaboración de un ciudadano virtuoso y responsable. La respuesta organizada de tantos trabajadores en la vida social. Es una oportunidad para quienes ven la economía desde sus propias reglas o enarbolan los intereses de un supuesto pueblo, acojan y dialoguen con lo que en la realidad de nuestro pueblo está ocurriendo”, ha reflexionado el obispo auxiliar de Valladolid.