La Asociación de Exorcistas advierte sobre las prácticas erróneas no autorizadas por la Iglesia: “Caminos arbitrarios de liberación”
En un comunicado, la Asociación Internacional de Exorcistas denuncia prácticas indebidas, llama a reforzar el discernimiento y promueve un ministerio basado en la misericordia, la formación y la humildad
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La Asociación Internacional de Exorcistas (AIE) ha emitido una nota destinada a aclarar las condiciones y prácticas del ministerio de los exorcismos, recordando que este acto sagrado debe estar guiado por la misericordia de Cristo y llevada a efecto desde una formación rigurosa y autorizada.
Según el documento, el exorcista tiene la misión de llevar esperanza a quienes sufren bajo la influencia del Maligno, siendo “el más pobre de los pobres” quien está en su poder.
Sin embargo, la AIE también pone el foco en las preocupaciones sobre ciertas prácticas y actitudes que desvirtúan el verdadero propósito del exorcismo, aumentando el sufrimiento de los fieles y generando confusión en la comunidad.
Prácticas condenadas por la Iglesia
Entre las advertencias principales del comunicado se destaca la reprobación de quienes, sin formación adecuada ni mandato episcopal, emprenden actos de liberación arbitrarios. Estas intervenciones, que a menudo carecen de discernimiento serio, pueden caer en errores graves como el uso de criterios esotéricos o supersticiosos.
La nota también denuncia el uso indebido de objetos bendecidos como el agua, la sal o el aceite para supuestas acciones de diagnóstico o expulsión de energías negativas. Estas prácticas, alertan, lejos de reflejar la fe católica, abren la puerta a la confusión entre lo sagrado y lo supersticioso.
Además, se desaconseja colaborar con autodenominados “sensitivos” o “carismáticos”, quienes no tienen autoridad eclesiástica para discernir o liberar a los fieles. De igual manera, el texto subraya la importancia de no excluir la ayuda de ciencias psicológicas y psiquiátricas en el proceso de acompañamiento.
Un ministerio basado en la humildad y el discernimiento
Otra cuestión que aborda la Asociación Internacional de Exorcistas es la tendencia a atribuir al demonio o al maleficio la causa de todos los males que aquejan a las personas. Este enfoque, según el documento, es dañino y poco prudente, ya que no considera las complejidades de cada caso ni las posibles causas naturales o psicológicas de los problemas.
También se advierte contra la práctica conocida como “sanación intergeneracional”, que en algunos casos ha sido presentada como una condición indispensable para lograr la liberación espiritual. Esta visión no cuenta con el aval de la Iglesia y puede conducir a una comprensión distorsionada de la fe.
La paz que viene de Cristo
La AIE recuerda que el objetivo principal del exorcista es guiar a los fieles hacia la paz que solo Cristo puede otorgar. En este contexto, se insta a los sacerdotes a evitar generar miedo o desconfianza en Dios, promoviendo en cambio una vida espiritual fortalecida por la oración, los sacramentos y la devoción a la Virgen María.
La nota concluye con un llamado al acompañamiento adecuado y esperanzador de quienes sufren, ayudándoles a redescubrir que la verdadera paz se encuentra en una vida de caridad y comunion con la fe.