Begoña: Esta es la experiencia real de una persona que ha vivido 20 años en la calle
Begoña tiene 47 años, es de Madrid y ha conseguido cumplir sus metas con la ayuda de Cáritas tras 20 años durmiendo en la calle
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"Mi techo era el cielo, y el suelo eran dos cartones". Así describe Begoña su experiencia viviendo en la calle. Esta etapa duró 20 largos años. A pesar de ello, hoy sonríe y asegura que lleva "una vida normal" y que ha cumplido todo lo que se propuso.
Todos hemos caminado por la calle y nos hemos cruzado con una persona tirada en la acera. Puede que a veces ni les hayas visto, pero están allí. Begoña fue una de esas personas. Pero antes de vivir así, vivió en una casa de un barrio Madrid, como tú y como yo: "Si te cuento mis sueños te vas a reír, porque yo quería ser o monja o enfermera. Supongo que como los sueños de cualquier niña: ser mamá, casarme..."
"Vengo de una familia bastante conflictiva y desestructurada. Me sentía muy diferente de cara a los demás y nunca llegué a tener una niñez". Begoña no tuvo una infancia fácil, y eso le marcó y llevó a buscar eso que le faltaba en relaciones comlicadas: "Quería que me valoraran como niña, que no lo hacían... y que me quisieran".
El camino a la calle
Esta situación le llevó a "una situación de consumos y adicciones" y finalmente a vivir un infierno: que tu hogar sea la calle. El frío asfalto de la calle verdadera. Sin techo ni colchón donde poder dormir, más que un par de cartones. Y aquí empieza un periplo de 20 años, con sus más de 7.000 días, y sus correspondientes horas y minutos.
Begoña tuvo un hijo que no pudo cuidar por su situación. Ella misma vio cómo su niño crecía y aprendía. Aprendía lecciones que ella no le enseñaba. Un día, un conocido suyo murió en sus brazos y esta serie de acontecimientos le hizo decidirse a querer salir de la calle y apostar por elgo mejor. pero el camino iba a ser largo y difícil.
Enfrentarse a uno mismo
"Por aquel entonces iba a un comedor social de Cáritas", y es gracias a las personas que le atendían como llegó -tras muchos intentos fallidos- al proyecto 'Casa de Abrahám' en un pueblo de Ciudad Real llamado Daimiel. "Enfrentarte a todo esto, supone unos conflictos contigo misma. Intenté decirme a mí misma que podía cambiar. Había algo dentro de mí, que me hacía tirar para delante. Me decía, 'esto me va a merecer la pena'".
Para ella la vida "no tenía colores" cuando llegó al centro de Cáritas. Pero en este lugar aprendió que hasta "de cada cosa mala sacar algo positivo". "Imagínate a una persona que viene de la calle, de dormir en unos cartones. Cómo te puedes sentir cuando llegas y tienes tu propia habitación, tu propia cama con tu ropa limpia..."
A Maite García, la directora de Casa Abraham, le llamó la atención "lo guapa que venía". Begoña decidió que tenía que cambiar y tenía que "causar buena impresión" para entrar en este lugar y enfrentarse a este proceso "tan duro".
Un hogar
Su "lucha personal" y el cariño de las personas que le tendieron la mano hicieron que ahora tenga una vida normal "con las preocupaciones que tiene cualquier otra persona. he conseguido todos los objetivos que me propuse en su día". Hoy ha podido recuperar a su hijo, tiene una pareja con la que todo va "estupendamente", tiene trabajo... y una casa.
"El primer paso lo tiene que dar uno mismo y el pedir ayuda es muy importante. Siempre va a haber alguien que te la de", asegura Begoña en el vídeo reportaje llevado a cabo por la Cadena COPE en colaboración con Cáritas Española. Y termina con un mensaje para ti: "Que no se de la vuelta cada vez que ve a una persona como nosotros y que mire. Que se pare a pensar, si realmente esa persona está ahí porque quiere estar o porque realmente lo está pasando mal".