El card. Omella subraya el valor de las vocaciones en el mundo de hoy: "Un don para la Iglesia"
Con motivo del Día del Seminario, el arzobispo de Barcelona ha pedido rezar por todos los seminaristas y por los sacerdotes que les acompañan
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El card. Omella ha aprovechado el Día del Seminario para dedicar su carta dominical a todos los seminaristas y por los sacerdotes que les acompañan.
“Con motivo del Día del Seminario, os animo a rezar a Dios para que haga crecer el número de vocaciones sacerdotales y por todos los seminaristas y por los sacerdotes que les acompañan”, ha escrito este domingo el card. Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la CEE, en su perfil de Twitter.
En la carta dominical además, Omella recuerda que “el Seminario tiene la misión de acompañar a los seminaristas, en un ambiente de familia, para ayudarles a descubrir la llamada de Dios y para hacerles crecer humana, espiritual e intelectualmente”. “Cada seminarista se prepara para darse a Dios y servir a los hombres, sobre todo los más necesitados de nuestra sociedad”, ha afirmado el card. Omella.
“Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino” es el lema que centra este año el Día del Seminario. La Subcomisión Episcopal para los Seminarios ha elaborado los materiales para apoyar la celebración de esta Jornada, que cada año se presenta como una ocasión para pedir, dar gracias y mostrar nuestra cercanía con los seminaristas, sus formadores y las vocaciones sacerdotales.
"Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino", lema de este año
El lema del Día del Seminario 2022 se inspira en el proceso sinodal en el que está inmersa la Iglesia. Así se explica en la reflexión teológica que se incluye entre los materiales. Y matiza, "el Sínodo universal en el que nos encontramos nos hace a todos ponernos en camino juntos".
Junto al Sínodo, dos palabras: sacerdotes y servicio. Sacerdotes, en plural, "recordándonos el sentido del seminario y llamándonos a acrecentar nuestra fraternidad. Los sacerdotes no hemos sido llamados para estar solos. El seminario nos enseña la importancia de la comunidad y la necesidad de vivir una sana fraternidad".
Además se presenta la vocación sacerdotal como servicio. En el seminario, "los seminaristas aprenden a vivir el servicio y a servir a los hermanos, como parte integrante y fundamental de la vocación. Los intereses egoístas y el provecho propio han de desterrarse y deben dejar lugar al desarrollo de una vocación recibida para ser entregada. Solo desde la entrega la vocación recibe todo su sentido".
Y resume, "si decíamos que el ejemplo de la fraternidad sacerdotal constituye un impulso para los jóvenes que se plantean la vocación sacerdotal, también podemos afirmar que el testimonio de una vida entregada en el servicio infunde ánimos en el corazón de los jóvenes, deseosos de entregarse por completo a una tarea apasionante".