Eduardo Agosta, fraile y científico: ''En la pequeña escala se humaniza el trabajo y el consumo''
Más de 258 millones de personas pasan hambre mientras que se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida al año
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El modelo productivo de alimentos está en crisis. En el mundo más de 258 millones de personas pasan hambre mientras que se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida al año. Una ''dicotomía desgarradora'' según el Papa Francisco. A todo esto, se produce un empobrecimiento de los agricutores, limitados por las burocracias y los elevados costes de producción. Muchos trabajan a pérdidas.
La pregunta es hacia dónde nos estamos dirigiendo y qué se hace mal. La situación climática afecta sin duda, así como la relación con el medio ambiente. ''Estamos llamados a dominar la tierra, pero no a rapiñarla'', comenta en la tertulia Julio Llorente.
Eduardo Agosta es climatólogo e investigador de variabilidad climática del Movimiento Laudato Sii. ''El cambio climático de origen humano es la mejor explicación cientñfica que tenemos para poder explicar lo que le ocurre al clima de la Tierra en los últimos 50 años''. Aunque siempre ha habido cambios climáticos en el planeta por cuestiones naturales, esta vez ''hay que incluir la variante humana sobretodo en la alteración química de la atmósfera''. Se refiere a los gases de efecto invernadero por la combustión de materiales fósiles. ''La Tierra cada año tiene más energía atrapada en su interior, energía que viene del sol, pero si no estuviese inducida por nosotros, se enfriaría de forma natural''.
El clima y la biodiversidad del planeta están en rojo
''No es una anécdota que las sequías sean más recurrentes o las precipitaciones más extremas'', comenta. Esto prevé la situación. ''Lo notamos, en primer luar en que las situaciones semiáridas del Mediterráneo se están agudizando''. Las precipitaciones bajan, las reservas también y el mar está aumentando su nivel por el calentamiento, y el agua entra en los acuíferos y otras reservas.
''El planeta tiene dos grandes problemas: el clima y la biodiversidad, las dos estamos en rojo''. Las dos se retroalimentan, los dos han sido atacados.
En su encíclica Laudato Sii y la exhortación Laudate Deum, el Papa Francisco habla de 'tecnocracia', de la acaparación en pocas manos de los bienes de la TIerra. También de la ''inversión ecológica'', es decir, darnos cuenta de que nuestras formas de vida ''repercuten en el pecado estructural del planeta''.
Producir al ritmo de los ciclos naturales, fomentar una economía de lo local y reducir la huella de emisión son algunas claves. ''Hay que redimensionar la economía'' y cita a Juan Pablo II: ''hay que repensar los modelos de consumo''. También a Benedicto XVI, pues habla del valor del productor.
Eduardo Agosta aboga por la pequeña escala, porque humaniza la relación del trabajo y la empresa. ''El bien común para la Iglesia no es el consenso, son las condiciones ambientales y sociales que garantizan el respeto de la dignidad humana''.