El doctor Rocamora explica cómo puede afectar a la salud mental de los españoles la guerra en Ucrania

El reputado psiquiatra ha explicado en 'ECCLESIA' cómo este conflicto puede tener consecuencias en el plano emocional en nuestra sociedad

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El doctor Rocamora explica cómo puede afectar a la salud mental de los españoles la guerra en Ucrania

Santiago Tedeschi Prades

Publicado el - Actualizado

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Una de cada cinco personas en zonas de conflicto sufrirá algún tipo de trastorno mental ocasionado por la guerra. Es la conclusión de un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en la revista científica inglesa The Lancet, según la cual más de ocho millones de personas que residen en Ucrania verán afectada su salud mental.

Pero, ¿qué ocurre en España? ¿Puede este conflicto tener consecuencias en el plano emocional en nuestra sociedad? ¿Qué papel tienen las redes sociales?

Cuestiones que hemos analizado en ECCLESIA con el doctor Alejandro Rocamora, psiquiatra experto y creyente, que es licenciado en Medicina y Especialista en Psiquiatría. Además, imparte clases en el centro asistencial 'San Camilo' que gestionan los religiosos camilos, dedicado a ofrecer un conjunto de servicios, dentro del campo de los cuidados asistenciales y de la intervención social en el mundo de la salud.

Según un estudio de la OMS publicado en The Lancet, una de cada cinco personas en zonas de conflicto sufrirá algún tipo de trastorno mental ocasionado por la guerra. ¿Qué ocurre en España? ¿Puede este conflicto tener consecuencias en el plano emocional también en nuestra sociedad?

Hay que tener en cuenta que toda guerra es una violencia llena de traumas, esté próxima o lejana, y además hay círculos concéntricos.

Los más afectados serán los soldados que están más próximos al frente, luego las personas que vivan allí en Ucrania y que han decidido quedarse, luego los refugiados y por supuesto también fuera de esa nación. Además, esta es una guerra muy especial porque está televisada, la estamos viendo a cada instante. De hecho, esta semana el presidente de Ucrania estuvo en España. Por tanto, sí hay una repercusión, pero en los españoles va a depender de varias variables.

Una variable importante es la edad, otra es la personalidad de cada uno, y luego otra muy importante es la salud mental previa. Una persona que está ya afectada por depresión, por ejemplo, estos acontecimientos pueden intensificar esa patología.

Siempre hemos tenido noticias de guerras lejanas, tanto en el sentido literal, por la zona geográfica donde se desarrollaban, como por las diferencias culturales de las víctimas respecto a nosotros. ¿Qué puede cambiar en las emociones de las personas cuando oyen hablar de la guerra en Ucrania?

Yo pienso que ha cambiado porque estamos muy próximos y vemos el riesgo. Otra variable relevante es la ansiedad nuclear, un miedo a una guerra nuclear y eso intensifica todo. El otro día leía que se han intensificado la compra de uniformes militar o se ha incrementado la información sobre los refugios antiaéreos. Además, lo vives todo tan próximo, no tanto geográficamente, sino que lo vemos todos los días. Antes se hablaba siempre de la covid-19, y ahora estamos siempre con el tema de la guerra.

Hay que tener en cuenta que la repercusión no es inmediata, sino que también es a posterior. El trauma de una guerra influye cuando se está produciendo, como ha pasado con la pandemia, pero influye mucho más posteriormente. Las personas que está viviendo en Ucrania tienen una esperanza que eso termine. ¿Y cuándo termina qué sucede? Cuando termina es la desolación.

Te hago un ejemplo: hay estudios que dicen que hubo suicidios en los campos de concentración nazi lanzándose a las alambradas, pero fueron muy pocos porque todos tenían esperanza de ser liberados. Fue cuando fueron liberados que se incrementaron los suicidios, porque se encontraban que no tenían nada. No tenían familia, estaban enfermos, en sus pueblos o en sus barrios todos habían fallecido o desaparecido, no tenían trabajo, y en ese momento fue cuando realmente hubo un incremento significativo de suicidios.

Y aquí en la guerra de Ucrania puede ocurrir eso. De hecho, en la pandemia ha pasado: durante la pandemia no hubo una repercusión significativa en la salud mental, pero posteriormente se está viendo que sí ha habido repercusión.

¿La realidad de la guerra en Ucrania puede aumentar la ansiedad en los ciudadanos europeos? ¿El acogimiento y la ayuda a refugiados puede atenuar la ansiedad? ¿No es lo mismo que pasó durante la pandemia?: aplaudíamos los sanitarios, pero queríamos tener todas las garantías personales (comida, cuidados, asistencia, vacuna...) para salvarnos individualmente

Yo creo que no es incompatible. Pienso que el ser humano está programado para vivir con el otro y para ayudar. Y allí encontramos realmente una recompensa interior y personal. Pero eso no quita que el ser humano tenga un instinto de conservación y que realmente esté atento a sus necesidades. Lo importante es el equilibrio: hay personas que probablemente sean muy egoístas y egocéntricas, y realmente piensan solamente en la leche que tienen que tener en su casa.

Pero yo creo que es muy sano pensar en sí mismo dentro de unos límites y también es muy sano el volcarse hacia el otro. Además de ayudar al otro, te estás ayudando a ti mismo y te sientes fortalecido porque, a pesar de todo, estás haciendo algo. Y por ejemplo, esa es una de las indicaciones que se dan a los niños y a los adolescentes para paliar los efectos de la guerra. La idea es que también ellos contribuyan de alguna manera, con alguna actividad en los colegios, por ejemplo.

Yo creo que la acogida de estas personas es una parte positiva del ser humano, independientemente de que realmente también estamos a la defensa de nuestras necesidades.

La guerra en Ucrania se ve y se vive también (y sobre todo) en las redes sociales: Twitter, Instagram, TikTok...¿esto puede aumentar la ansiedad?

Claro y es importante este tema de las redes sociales y pienso que allí los padres sí tienen mucha responsabilidad. La población adolescente es la más vulnerable porque tienen menos recursos para gestionar sus emociones.

Entonces creo que es relevante ver de alguna manera qué tipo de informaciones están recibiendo para que ellos puedan gestionar todo. No podemos negar esa realidad y que vean cosas en las redes sociales, pero tenemos que estar atentos.

En Italia algunas personas están criticando al Papa por no hablar abiertamente de Putin. ¿Piensas que su mensaje está llegando a todo el mundo?

Yo creo que es también importante aquí identificar el enemigo, no solamente ponerle el nombre, sino dar calificativos de la guerra y eso es lo que está haciendo muy bien el Papa. Eso da una cierta estabilidad y una tranquilidad a los demás. El Papa en ese sentido, pensando también ir a Ucrania, es algo muy importante.