Domingo Guerra, párroco de El Paso en La Palma: "La lava va devorando todo lo que encuentra"
El obispo de Tenerife ha expresado su cercanía y solidaridad con todos, especialmente con los evacuados y los que han perdido sus bienes
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El volcán de La Palma en Cumbre Vieja continúa vomitando lava y la situación se agrava para miles de personas que han tenido que desalojar sus viviendas y han encontrado cobijo en lugares dispuestos para ellos.
El obispo de Tenerife ha dicho estar pendiente en todo momento de la situación y ha expresado su cercanía y solidaridad con todos, especialmente con los evacuados y los que han perdido sus bienes. Pide también paciencia y fortaleza.
La Iglesia estos días es un verdadero hospital de campaña en La Palma. En el municipio de El Paso se encuentra Domingo Guerra, párroco de varios templos en esa zona, que ha hablado en el programa de TRECE, ‘Iglesia al Día’ presentado por Álvaro de Juana.
"Sensación de impotencia y de sobrecogimiento"
Preguntando por cómo está viviendo esta dramática situación, Domingo confiesa que son sentimientos encontrados: “Por una parte, la preocupación por las personas que están siendo arrasadas sus bienes, sus casas, sus historias, sus esfuerzos por esta lava tan voraz. Anoche hablaba con uno de los bomberos y me decía que la lava tiene más de 7 metros de altura y va devorando todo lo que encuentra. Está en peligro también la Iglesia y crea una sensación de impotencia y de sobrecogimiento”.
El sacerdote se pone “en manos de Dios y le pedimos que nos fortalezca, que nos ayuda y nos proteja, especialmente las vidas humanas que estamos aquí”.
Domingo cree que durante este martes la lava llegará al mar y “tendrá un cauce definido para seguir su trayectoria”. Asimismo, “la lava es tan abundante que se va abriendo hacia los lados y no sabemos el daño que pueda seguir haciendo”.
Las casas, "historias y esfuerzos de muchas personas"
El cura es párroco de dos templos, Nuestra Señora de Bonanza y la Sagrada Familia. Esta última está situada en un lugar privilegiado al poderse ver el volcán desde la plaza del pueblo. Allí se han situado los medios de comunicación para poder retransmitir esta dramática situación.
El trabajo de la Iglesia, de momento, ha sido acompañar a las personas, “ofreciendo las dependencias de la parroquia para cualquier cosa. La lava se ha llevado muchísimas casas y eso sabemos todo lo que significa: no es solamente la casa material sino sobre todo las historias y los esfuerzos de muchas personas”.